La historia de Dalys en la lucha libre es algo fuera de lo común. Lejos de haber empezado a azotarse desde muy joven en las arenas, ser madre ocupó su tiempo y atención hasta que rebasó las tres décadas de vida. Entonces, inició su aventura como gladiadora.
Su padre, promotor de los costalazos en Panamá; además de su hermano, quien en México lucha como Veneno, fueron una influencia clara para la chica que siempre admiró a los héroes y heroínas del cuadrilátero.
"Pero mi relación con la lucha es muy distinta a la de la mayoría de las luchadoras, debuté a los 32 años pero siempre practiqué Kick Boxing, así que cuando entré a la lucha libre no era algo que desconociera. Siempre quise ser luchadora, en Panamá siempre andaba trepada en el ring. Conviví con Lola González y Vicky Carranza, les platicaba mis deseos de ser luchadora y me recomendaban que no lo hiciera porque era un deporte muy rudo. Ahora que platico con Lola me felicita por haberme decidido y lo que estoy logrando", relata.
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Siempre en los deportes de contacto, cuando llegó el momento de alcanzar el profesionalismo en el Kick Boxing su familia se opuso, el riesgo es mayor que en la lucha libre, "pero un día que traje a entrenar a mis hijas, el profesor Tony Salazar me invitó a meterme y desde entonces supe que podía hacer bien las cosas en este medio, nunca lo resentí".
UNA VIDA DE RETOS
Fue mamá muy joven y estuvo a cargo del cuidado de tres mujeres que la absorbían, "ahora ellas son independientes y pueden hacer sus cosas, entonces hoy es mi momento y cuento con su madurez para recibir el apoyo y hacer mi trabajo. Entrené dos años y sentía que ya estaba lista, pero la oportunidad llegó como emergente un martes en la arena México. Sin equipo y nada pero con muchas ganas. Ese día no tuve ni nervios, fue algo que pasó simplemente. Era un sueño inalcanzable que no logro comprender de qué manera se dio, la responsabilidad ha crecido y me de dado cuenta de que no es fácil y no se trata de un juego".
Ser mujer luchadora no es algo sencillo para la caribeña, su trabajo es subir al ring, ahí no caben los problemas personales ni las enfermedades, el aficionado paga por ver un espectáculo sin pretextos: "La afición a veces no se da cuenta de que como mujer tienes cambios y enfrentas etapas distintas a las de los hombres, pero estoy seguro de que lo he hecho bien. No digo que soy la mejor y el gimnasio es la única manera de mantenerte. Hoy me va mejor, al principio había muchos ataques, siempre comparándome con mi esposo. El compromiso era más fuerte aún, pero en lugar de bajarme fue una motivación para disciplinarme hasta que salieran las cosas".
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RUDA DE CORAZÓN
La esquina del bien fue en sus inicios el rincón preferido de Dalys, pero se cansó. Su temperamento no aguantó andar con delicadezas. "Me gusta mucho ser ruda. Soy quizá la luchadora más alta en la empresa, fuerte y de un temperamento recio y no se me daba ser dócil. A veces se me escapaba uno que otro golpe o patada hasta que se dio la oportunidad de dar el cambio".
Tan ruda como poderosa, así luce en el cuadrilátero: "Me apasiona mucho el tema de mantenerme en forma y cuidarme. Logré destronar en el torneo de Fisicoculturimo a Dark Angel y ahora soy el mejor cuerpo del CMLL porque ya es mi forma de vida. Soy mamá de tres hijas y puedo presumir que sí se puede lograr avances, no quiero ser un ejemplo sino dejar mi huella y que si alguien la quiere seguir qué mejor".
También quiere trascender con triunfos de peso: "Mi cabellera está para exponerse. No me da miedo volver a apostarla, la perdí una vez pero me preparo para tomar una revancha. Además, tengo en la mira el cinturón de Marcela, sé lo que representa pero es algo que me falta, acepto que es el estandarte del CMLL pero no es invencible y sabe que no había enfrentado a una luchadora como yo. Nos conocemos muy bien y sabe que estoy aquí todo el tiempo preparándome para cumplir ese reto".
Video cortesía YouTube
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Mamá, ruda, luchadora y esposa, Dalys es una guerrera que no escatima el tiempo en el gimnasio y mucho menos a la hora de estar en casa con su familia, "ahí soy como cualquier otra pero en mi casa se come y vive lucha libre".
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