ANA ISABEL ORVAÑANOS es una chica sencilla y preparada como muchas mexicanas de su edad. A sus 27 años, Ana concluyó una licenciatura en negocios internacionales y una maestría en economía para el desarrollo.
Hace un año que Ana decidió emprender y dedicarse de tiempo completo a lo que entonces era un sueño: crear una empresa para aplicar los principios del comercio justo a servicios que históricamente han funcionado de manera irregular, dejando en desventaja a quienes viven de actividades como la limpieza doméstica.
Ana aún no sabía muy bien como lo lograría, pero quería crear una opción de empleo digno para las trabajadoras del hogar, con paga por hora y posibilidad de reducir los índices de abuso, explotación y discriminación en el sector. Un día asistió a StartUp México, un evento de emprendedores donde conoció a Rodolfo, quien acababa de crear aliada.mx, un sitio web que sirve de puente entre las personas que necesitan una trabajadora doméstica en su casa y las mujeres que ofrecen ese servicio. Usando un modelo de economía colaborativa, similar al modelo de Uber que vincula a prestadores de servicio de transporte privado con sus usuarios.
Rodolfo invitó a Ana a unirse a su proyecto y ella llegó para incorporar su conocimiento y experiencia en otros emprendimientos sociales tecnológicos donde había trabajado con anterioridad.
Cuando Rodolfo llegó a vivir a la Ciudad de México, proveniente de Guadalajara, tenía un problema: no había una persona de confianza que pudiera encargarse de su casa. Sus amigos compartían el mismo padecimiento.
Así nació la idea de crear una plataforma digital que hasta ahora ha brindado más de 25 mil servicios de limpieza doméstica y ayudado a 150 mujeres a conseguir un empleo digno, donde se les paga una tarifa justa por hora y en la que ellas deciden cuánto, cuándo y dónde trabajar, como profesionales autónomas de la limpieza doméstica.
Para Ana es fundamental que la plataforma sea un espacio de relaciones comerciales justas y horizontales. Los usuarios, que ya casi son dos mil, califican el servicio doméstico, pero las aliadas también los califican a ellos. Así, en lugares donde son tratadas en forma indigna o discriminatoria, donde no se respeta el tiempo contratado o donde se pretende abusar de su trabajo, ellas no vuelven a trabajar y nadie puede obligarlas.
De esa esencia igualitaria surgió el nombre Aliada, como un símbolo de respeto a las trabajadoras del hogar. La plataforma es un emprendimiento social que busca incidir positivamente en el desarrollo, la seguridad y la calidad de vida de las trabajadoras del hogar y sus familias.
Cualquier persona que desee ofrecer sus servicios de limpieza doméstica puede ingresar a la plataforma de Aliada y registrarse. Deberá pasar algunas pruebas y evaluaciones, tal como pasa en servicios como Uber, a fin de que los clientes tengan la certeza de que están contratando un servicio seguro y de calidad, por el que deberán pagar un precio justo por hora.
Así, los ingresos dependen directamente de la cantidad de tiempo disponible que cada aliada tenga. Por ejemplo, hay algunas que tienen trabajos fijos en fábricas o negocios, pero trabajan por horas ofreciendo servicio de limpieza doméstica para completar sus ingresos. Esa también es una opción para estudiantes o jefas de familia que no pueden acceder a trabajos de tiempo completo.
Por supuesto, también están aquellas mujeres que ocupan sus jornadas completas o hasta dobles turnos para atender sus necesidades y las de su familia, pero eso es decisión particular, nadie puede obligarlas a trabajar más o menos de lo que ellas decidan comprometerse. La ganancia será entonces proporcional al tiempo que trabajen, como cualquier otro profesional que preste sus servicios por hora.
Con Aliada, una trabajadora doméstica de tiempo completo que cobra por hora gana en promedio entre 7 mil 800 y 8 mil 500 pesos a la quincena. También pueden elegir servicios que no las obliguen a trasladarse largas distancias y ajustar sus horarios a sus necesidades personales y familiares.
Ana explica que, actualmente, casi todas las aliadas han llegado por recomendación de boca en boca; sin embargo, sí les gustaría que más mujeres se enteraran de esta opción y que con ello puedan tener mejores beneficios e ingresos para incidir en la calidad de vida y oportunidades de crecimiento, alimentación y educación para ellas y sus familias.
Para ser parte de Aliada, las mujeres se han capacitado y han aprendido a usar herramientas tecnológicas a las que tal vez antes no habrían podido acceder, como un smartphone.