Es senadora por el PAN, preside la Comisión de Relaciones Exteriores. Lleva 21 años en la política, ¿es fresa? ¿qué prefiere, tacos de maciza o un buen corte de carne? ¿qué baila? ¿cómo ven a México en el mundo? Conózcala en esta Bocanada.
—¿Quién es Gabriela Cuevas Barrón?
—Una mujer entre entusiasta, muy perseverante. Me considero comprometida con las cosas y los valores en los que creo y el más importante para mí, creo que es urgente: construir un México mejor. Pensando en eso me afilié a la política hace 21 años, lo sigo pensando, aunque a veces parece verse más difícil este logro y este valor; pero creo que es importante, me parece que también tenemos una enorme deuda con la niñez, esa es la causa, la que más me motiva ahora en el Senado.
—¿Estado civil?
—Soltera. También, de mi autocrítica, creo que me falta disciplina, me gustaría poder tener como esa capacidad que tiene la gente disciplinada para hacer ejercicio. Ese es mi lado débil, ¡me gustaría hacer ejercicio!
—¿Y qué te gustaría hacer?
Me gustaría poder nadar, creo que es un ejercicio bastante completo.
—¿Edad?
—36 años.
—De los 21 que has estado en la política, ¿han valido la pena?
—Sí, y me parece interesante porque el grueso del padrón del PAN entró después del año 2000, entonces en ciertos aspectos parecería una vieja panista. La generación de la que yo aprendí hoy es la minoría del padrón del PAN. Muchos, incluso, están fuera del partido, entonces me queda el aprendizaje de ese PAN, de entre el 94 hasta el 2000 donde no éramos gobierno, donde me tocó todavía hacer resistencia civil en Puebla, íbamos donde nos tocara protestar, era hasta difícil pensar que pudiéramos ganar la Presidencia. Me tocó esa etapa donde teníamos que rogarle a las personas que fueran candidatas.
—¿Profesión?
—Politóloga.
—¿Ya tienes tu título de licenciada?
—Ando en eso, acabé todas mis materias; pero justo entré como diputada la primera vez, es el lado malo de ser diputada a los 21.
—¿Eres ‘fresa’?
—No, tengo cara, luego dicen, pero no me considero ‘fresa’.
—¿Qué bailas?
—De todo, pero no bailo bien. En entusiasmo lo hago muy bien, pero en destreza es un poquito complicado.
—¿Y qué te gustaría bailar mejor?
—La salsa siempre es muy divertida, pudiera ser. Me gustaría tener más destreza física.
—¿Te aventarías a bailar la guaracha sabrosona?
—Pues no la conozco…
—¿Qué prefieres, una copa de vino tinto con un buen corte o una corona helada con unos tacos de maciza?
—No como nada de carne. Los únicos animales que como, por ahora, son ciertos pescados y algunos mariscos. Creo en los derechos de los animales. Me gusta la cerveza y me gusta el mezcal. Un menú muy agradable sería unas tostaditas con algo de atún y una cerveza bien fría.
—En el 2018 terminas tu gestión en el Senado, ¿qué harás después?
—No lo sé. Nunca he comenzado un cargo pensando en el que sigue y creo que eso me ha servido mucho.
—¿No te quita el sueño la Jefatura de Gobierno capitalino o se lo dejarás a Xóchitl Gálvez?
—Nunca me ha quitado el sueño la búsqueda de ningún cargo porque creo que lo que habla de cada quien son los resultados que das en el cargo. No se vale usar un cargo para otra cosa. Sí me ha sucedido que son consecutivos, pero obedece a haber hecho un buen trabajo, por ejemplo, de manera consecutiva y con los mismos electores fui diputada local, delegada y diputada federal. Aunque no tengamos reelección, fueron los mismos electores los que votaron tres veces por mí.
—Cuando eras asambleísta, ¿te quitaba el sueño Andrés Manuel López Obrador?
—¡No! Creo que era al revés, creo que yo se lo quitaba un poco a él.
—¿Te costaba trabajo despertarte para ir a sus conferencias?
—¡No, lo que queríamos era justo que nos dejara entrar! Tener que estar afuera a las seis de la mañana esperando ver si nos dejaba entrar y quería cumplir un amparo; lo frustrante no era la desmañanada, lo frustrante era que no nos dejaran entrar.
—Eres presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, ¿nos están viendo feo en el exterior?
—Yo creo que nos ha faltado tener una estrategia de Estado. La imagen de México hoy en el exterior sí está manchada por la fuga de ‘El Chapo’; por supuesto que nos cuestionan Ayotzinapa, a mí me lo han cuestionado una y otra vez y no esperaría menos. Nos cuestionan también las muertes y desapariciones en el país. Y la agenda de derechos humanos y de seguridad, me parece que es la más cuestionada.
—¿Dónde nos ven peor, en seguridad o derechos humanos?
—En derechos humanos.
—Si fueras una ciudad, ¿cuál serías?
—La Ciudad de México. ¡La amo!
—Siendo diputada federal avalaste que el PAN discutiera los matrimonios gay...
—Yo estoy de acuerdo en que cada quien escoja con quién quiere casarse. La política no puede estar en la cama de la gente.
—¿Por quién votarías como candidato del PAN a la presidencia de la República, ¿por Margarita Zavala o por Gustavo Madero?
—Pues como dicen que las hipótesis, por su propia naturaleza, no se están actualizando, prefiero no responder esta...
Una pregunta, una respuesta
DESAFUERO: AMLO
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Populismo.
CHAPULTEPEC: Un pulmón.
MARTHA SAHAGÚN O LA GAVIOTA: Martha Sahagún.
CARLOS CASTILLO PERAZA: Gran filósofo, gran político y extraordinario ser humano.
EL ENCINO: La transa más grande de AMLO.
FEDERICO DÖRING: Un buen colega.
MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO: Una buena colega.
ABORTO: No soy partidaria.
CÉSAR NAVA: Un buen amigo.
JOSÉ RAFAEL CUEVAS MORÁN: Mi papá.
MARCELO EBRARD: Corruptisisísimo.
MIGUEL ÁNGEL MANCERA: Creo que es un hombre de buena voluntad y quiere que funcione la ciudad.
