¿Qué haces?
—Preparando mi desayuno...
—¿Y qué preparas?
—Huevos rancheros con frijoles refritos y una tortilla frita...
—¿Qué tienes de frente?
—La ventana que da a la calle...
Así responde Karla, mejor conocida como Capita en su núcleo familiar y amistades cercanas.
La entrevista de Capita fluye a través de un chat de redes sociales, ya que su sesión de fotos, no dejó espacio para una charla.
—¿Qué piensas mientras desayunas? ¿En la vida?, ¿En el día?
—Pienso en todas las cosas que tengo que hacer sólo saliendo de casa, y que no hay tiempo para todas.
—¿Sigues practicando con tu saxofón?
—No, ya no con el mío, lo vendí para pagar mi visa americana y el pasaporte de mi novio, viajamos a San Diego, Las Vegas, Los Ángeles y a Tijuana.
—¿Dejaste la música?
—No del todo, mi novio me presta sus sax para seguir practicando, aunque reconozco que dejé el INBA porque ya no podía con los horarios, pero me matriculé en la carrera de mercadotecnia.
—Música y mercadotecnia... ¿Similares?
—Pues de pronto ves matemáticas, quizás por ahí.
—Bueno, métricas, ritmo, compás, incluyen matemáticas...
—Sí, algo así, pero odio las matemáticas y también odié la clase de solfeo...
Capita sigue describiendo su nueva etapa académica, no la interrumpo, y recuerdo que el día de la sesión de fotos, no soltaba ese su sax que se transformó en viajes bien merecidos para ella y él... uuuuy, se escucha como la toallas.
—Y después de tu carrera de mercadotecnia, ¿ A dónde?
—Me encantaría trabajar para CIE (Conciertos, teatro y espectáculos), en logística y producción...
Y nosotros no lo dudamos, en Capita se advierte ese no sé qué, que qué sé yo, que se necesita para esos ambientes festivos de públicos hambrientos de buena programación en los espectáculos...
—¿Qué opinas del Vive Latino, y su incursión con música popular?
—Creo que es una buena oportunidad para bandas con trayectoria y sin ella. Por eso creo que los espacios cedidos a grupos de reggaetón, no van, sin embargo, me encanta la idea de que Sonido La Changa y los Ángeles Azules, estén ahí porque está de moda entre los jóvenes escuchar cumbia y demás cosas que cantamos gracias a los choferes de microbús.