Los adultos mayores tienen mucho que enseñar y compartir. Son expertos en el arte de vivir y esto los hace buenos consejeros. Son la autoridad en cuanto a la resolución de problemas. Su gran capacidad viene de toda la experiencia adquirida a lo largo de los años: “Ya he vivido eso. Créeme, las cosas van a mejorar”. Son las personas indicadas para guiarnos en la vida, pues han recorrido el camino antes que nosotros.
Por eso vale la pena escucharlos. Tienen mucho que compartir acerca de la pareja y el matrimonio. ¡Cuántos días, meses y años de experiencia acumulada!
Son ellos, los más experimentados, sobre todo los que han tenido matrimonios duraderos y felices, quienes nos hacen estas sabias recomendaciones para vivir bien en pareja:
Hablar, hablar y hablar. “Con mi esposo, con quien llevo casada casi 45 años, nuestro secreto es platicar para tratar de entendernos. No nomás decir las cosas, sino también escuchar. ¡Hay tanto que hemos tenido que resolver! Y ser directos y francos es lo que más nos ha ayudado”, Rosalía, 65 años.
Conocerse bien antes de casarse. “Bueno, hay que tomarse el tiempo para conocerse, saber qué le gusta a ella y cómo es en realidad. No hace falta apresurarse.
Creo que mi esposa y yo teníamos mucha prisa por casarnos sin conocernos bien. Y, cuidado, no hay que casarse con la esperanza de que el otro va a cambiar. Eso pensaba mi esposa y hasta la fecha hay cosas de las que se sigue quejando”, Adán, 60 años.
Similitud. “Pa’ que funcione el matrimonio, los dos deben ser parecidos, tener intereses semejantes y planes para el futuro. Es por eso que uno habla de cuántos hijos quiere y cómo se va a gastar el dinero antes de juntarse, ¿no?”, Ricardo, 61 años.
Hacer equipo. “Cuando empiezan a aparecer los problemas, comienza lo bueno. Pero yo siempre le dije a mi esposo: ‘Tenemos que ver los problemas como algo de dos, esto no es algo tuyo o mío. Los dos estamos en el mismo barco’. Así hemos podido salir adelante por tantos años y con tantas dificultades que hemos tenido, como enfermedades y apuraciones con el dinero”, Adela, 59.
Compromiso. “Cuando las cosas se ponen feas, lo que más hay que evitar es faltarse al respeto. Con buena disposición, se pueden resolver todos los problemas. Decidí hacer como si fuera para toda la vida y esto me obligó a siempre tratar de arreglar las diferencias”, Pedro, 62.