México me encanta y bien podría elegir vivir en estas tierras si me lo dieran a elegir de nuevo al nacer. No sólo poseemos una de las riquezas más profundas de flora y fauna, sino que nuestro legado cultural es digno de presumirse por todo este planeta.
Si bien no se puede tener todo en la vida, los mexicanos no somos los habitantes idóneos de tan majestuoso paraíso. Falta de conciencia, envidias, contaminación y demás regalitos que hemos dejado para nuestro entorno nos describen bastante bien. Si algo caracteriza al mexicano promedio es la memoria a corto plazo. Podemos ser víctimas de atropellos, asesinatos, dolor y corrupción, pero nuestra memoria recuerda solamente lo bueno y tendemos a perdonar siempre a nuestros gobernantes.
Un gran beneficio de nuestra memoria del “corazón” es poder recordar todo aquello que nos brindó alegría o dicha en algún momento de nuestra vida, tal y como yo lo hice el sábado pasado.
Con una grata compañía, pude deleitarme con hora y media de éxitos y recuerdos que me llenaron el corazón de nostalgia y me hicieron volver a vivir esos instantes de la mano de la mejor voz de México hoy por hoy: Yuri, quien ante un público que rebasaba los 20 mil espectadores y un juego de luces y vestuario envidiable, nos regaló una noche en Puebla digna de presumir.
Si a alguien admiro y puedo considerar una gran amiga (que regalote de la vida) es a esta jarocha que en donde pone un pie, ilumina todo con su presencia. Si bien estamos en una época donde la generación de bandas o cantantes “desechables” parece el pan de cada día y cuando parece ser que las televisoras le apuestan menos a generar talentos únicos, la radio y la televisión son liderados por “ochenteros” que demuestran que el verdadero talento no tiene fecha de caducidad.
Tardó mucho tiempo, pero por fin vemos en el programa estelar de Televisa a Yuri rodeada de talentos internacionales y demostrando que el reconocimiento puede demorar mucho, pero siempre llega eventualmente.
Que orgullo poder decir que un talento como el de Yuri es una persona tan humana, noble, carismática y sencilla que, cualquiera de sus seguidores lo pueden corroborar.
No cabe duda que una fragancia elegante no necesita de un envase grande; el talento viene en toda clase de tamaños y la mejor voz femenina de mi querido México viene en uno rubio y nacido en Veracruz.
5,4,3,2 ¡Clarketazo!
