—¿Quién es Esthela Damián Peralta?
—Es una mujer de 42 años, nacida en el estado de Guerrero, abogada, con una especialidad en Auditoría Gubernamental. Me definiría como una mujer de izquierda, de lucha social.
—¿Católica?
—Sí.
—¿Estado civil?
—Casada.
—¿Hijos?
—Son tres: Frida Libertad, de 15; Inés Monserrat, de ocho; y Pedro Alfonso, de seis.
—Te iniciaste en el Partido Progresista de Guerrero…
—Quien fundó ese partido fue mi papá. Ahí empecé mi trabajo político con él, entonces era absolutamente natural que formara parte.
—¿Qué le aprendiste a él y al partido?
—Siempre me fomentó el tema de la ‘chamba’, de ser tesonero, persistente en lo que buscas. En el terreno político, él fue un gestor toda su vida. Entonces, esa es una de las cosas que más le aprendí. Soy una gestora natural.
—Eres una de las dos candidatas a jefa delegacional del Movimiento Ciudadano que ha presentado sus tres declaraciones…
—Me considero una mujer transparente, una candidata transparente. Todo lo que había que presentar, público, ya lo presenté.
—¿Qué extrañas del PRD? ¿fue difícil dejarlo después de 18 años?
—La violencia intrafamiliar no se extraña.
—¿Si te golpeaban feo?
—En términos estrictos, todo lo que sucedió fuera del marco de la norma sí lo denuncié. Pero digamos que sí era muy complicado porque nunca tuviste un apoyo, un respaldo que limitara el desbordado ejercicio de violencia o de cacicazgo o, incluso, del uso indebido de poder. Entonces, esas eran condiciones medio complicadas porque tú formabas parte de un equipo, de un partido y siempre te sentiste sola ahí.
—Tres veces te negaron la candidatura, ¿no te tardaste mucho en renunciar o era sadomasoquismo político?
—Yo creo que es un idealismo. Tú siempre piensas que las cosas van a cambiar y que tú vas a ser un factor que incida en eso, piensas que la realidad se va a imponer y que las transformaciones y las exigencias de la ciudadanía van a devolver a un PRD del que tú formaste parte. Después de los hechos en Ayotzinapa, muchos de los perredistas en la capital guardábamos con mucha ilusión la posibilidad de que el PRD regresara a su origen, porque no había manera de rescatar al PRD después de ese hecho. Y ya vimos qué pasó: no se rescató, sino que entregaron al partido a las familias.
—Uno de los atractivos de esta delegación es el mercado de Sonora, ¿llevarías a Marcelo Ebrard a que le hagan una ‘limpia’ o a quién te llevarías ahí?
—Yo creo que me llevaría a todos los ex presidentes de la República, incluido el actual.
—¿‘Neta’ vas a solucionar las quejas vecinales en 48 horas?
—He dicho que aquellas que tengan directa relación con incidencia al delito, o sea, no pretendo cambiar Venustiano Carranza en 48 horas. Vamos a atender en 48 horas aquellas demandas que tengan directa relación y en aquellas donde el índice delictivo esté alto. Un ejemplo, hay dos servicios que he comprometido en resolver en 48 horas: el asunto de la luminaria y el asunto de la poda de árboles que te tapan una luminaria.
—¿Cómo garantizar que ahora tú mejorarás la calidad de vida de los residentes de Venustiano Carranza?
—Me parece que tengo tres garantías: 1) Siempre he sido una mujer de servicio y con las puertas abiertas. Lo que la gente te reclama es que ya no regresas después de pedir el voto; pero ese reclamo no me lo pueden hacer a mí. He sido representante popular tres veces por el mismo distrito, te garantizo que si no hubiera hecho bien mi ‘chamba’ desde la primera, la gente me manda al abandono o al sillón del desempleo, porque la gente aquí no te perdona que no trabajes. 2) He sido una mujer que conoce plenamente la problemática y sabe cómo resolverlo. No me van a platicar de cuánto se necesita para hacer qué, y no me van a decir cuánto presupuesto tiene Venustiano Carranza y cómo lo gasta. 3) El ejercicio político está en una combinación armónica con mi ejercicio administrativo. Lo único que me falta en la administración pública de Venustiano Carranza es ser delegada.
—¿Vas al súper o al mercado de Jamaica?
—Jajaja. Antes hacía mi compra en el mercado de La Merced, cuando yo vivía muy cerca de ahí. En otro momento, hice mis compras en el mercado de la Avenida 8, de Zaragoza.
—¿A qué te comprometes con los vecinos de la Romero Rubio?
—En Venustiano Carranza tienes tres demandas. La primera, la inseguridad, la segunda tiene que ver con los servicios, y tercero, la corrupción. En general, un 70% de la gente de esta delegación me está reclamando estos servicios. En la Romero Rubio, en Los Arenales, como en La Merced, a donde te pares.
—¿Qué piensas hacer con los adultos mayores de la Venustiano Carranza?
—Primero, aprovechar su experiencia. Hay muchos adultos mayores que tiene oficios y que hoy no encuentran empleo, y tenemos a muchos jóvenes o madres solteras que no saben qué hacer porque no tiene un oficio, entonces pretendemos combinar ese tema de la experiencia con este tema de la falta de habilidades, para que el adulto mayor vaya obteniendo algún tipo de beca a partir de lo que pueda enseñarles a los jóvenes o a las madres solteras.