Es increíble el alcance que llegó a tener el programa latino más longevo en la historia de la televisión: ‘Sábado Gigante’.
Mario Luis Kreutzberger Blumenfeld, nombre real del conductor, fue un parteaguas en los medios de comunicación y durante décadas logró reunir a las familias y presentar semana a semana, una emisión con contenido divertido, entretenido y aspiracional.
Este fin de semana se cerró un capítulo muy importante en la televisión latina. Desde hace ya algunos meses Univisión venia anunciando el final de esta emisión que además de ‘rating’, le dejó muchos millones de dólares de ganancia a la compañía latina de comunicación número uno del país vecino.
De repente es duro darse cuenta que los años han pasado y que, como dice Juan Gabriel, “el tiempo ha hecho estragos en mi gente como en mi persona” o bien, “abrázame que el tiempo pasa y el nunca perdona” y tal fue el caso de nuestro querido Don Francisco. No sé en qué momento ese señor que me hacía estar pegado al televisor durante mi infancia, de repente se convirtió en un anciano que cada vez era más notorio el esfuerzo que hacia por mantenerse de pie y sonriendo frente a las cámaras, mismas que mostraban los estragos del tiempo y el deterioro físico del conductor.
Sus cánticos, sus concursos, las entrevistas, los espectáculos musicales y la comicidad fueron parte esencial de un ‘show’ que bien era visto por un nicaragüense, pasando por un chileno, guatemaltecos, mexicanos, venezolanos y lo más difícil, por un altísimo porcentaje de latinos residentes en Estados Unidos.
Este sábado, durante su despedida, sucedió algo que nadie esperaba. Nada más y nada menos que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama y su esposa Michelle, se tomaron unos minutos para enviarle un mensaje a Don Francisco.
Esto nos habla del verdadero poder de convocatoria y de la importancia que no solamente le dimos toda América, sino el mismo presidente del país más influyente del mundo entero.
Cincuenta y tres años conduciendo el programa de habla hispana más recordado y más trascendente se dice fácil, pero en verdad es una labor ardua, un esfuerzo sobrehumano y, sobre todo, una trayectoria que vio nacer estrellas que hoy iluminan nuestro firmamento así como fue testigo del cambio en nuestra sociedad y en nuestro mundo.
Hoy es la hora en que el ‘chacal’ que siempre tocó su trompeta para sacar a algún concursante, despida de la mejor y más cálida manera a su amigo, su creador y su fuente de vida, Don Francisco.
Gracias por tantos fines de semana en familia, gracias por el alma dejada en cada emisión y gracias por hacer el camino del hispanoparlante, un sendero más sencillo de recorrer para nosotros, los que venimos detrás.
5,4,3,2 ¡Clarketazo!