Tras los pasos de Tenoli

25/05/2015 03:00 Elizabeth Palacios Actualizada 23:38
 

Es medio día en plena primavera. Mientras caminamos, el termómetro indica que estamos a 25 grados centígrados pero el asfalto que quema nuestras suelas pareciera gritar al menos 30. No hay muchos árboles que brinden sombra en las calles de Santa Cruz Meyehualco, uno de los barrios más conocidos de la delegación Iztapalapa. Tal vez por eso se ve poca gente en la calle, pero los intensos rayos del sol no desalientan a los “güeros” cuyos pasos ya se han vuelto comunes alrededor del mercado Félix Cuevas. Allá van cada día, a visitar a los dueños de las pequeñas tienditas de cada esquina en este barrio, cuyos horarios de trabajo son un tanto impredecibles, igual que hasta hace poco lo era el futuro de sus pequeños negocios.

Existen más de 20 mil tiendas de abarrotes tan sólo en esta delegación, donde sus casi dos millones de habitantes viven en condiciones de alta marginación e histórico rezago social. 

Tenoli es una palabra que en náhuatl significa “puente” y eso es lo que, a tres meses de haber arrancado con su proyecto de asesoría financiera para micronegocios construyen Rodrigo, Thomas y Nicolás. Un mexicano y dos franceses que hoy lucen un bronceado mejor que de playa eligieron esta, la delegación con mayor índice de delincuencia de la capital mexicana para aplicar todo lo aprendido en la Universidad de Harvard acerca del mundo de los negocios.

En Febrero transformaron lo que fuera un puesto de barbacoa dentro el mercado Félix Cuevas en el primer centro de atención donde actualmente imparten talleres y asesorías personalizadas en temas como administración de negocios, contabilidad y mercadotecnia.

En estos primeros tres meses son ya 120 las tienditas de abarrotes que han recibido asesoría, de esas, 35 ya son “Tenolitas”, es decir que ya ponen en práctica los consejos de sus asesores y han tomado sus primeros talleres de administración de negocios.

Pero no todos los días de trabajo del equipo Tenoli son así, pues en ocasiones deben dividirse las tareas pues para que estos puentes sean una realidad, también les toca reunirse en las lejanas zonas de Santa Fe, Tecamachalco o Lomas de Chapultepec, con altos ejecutivos de empresas como Bonafont, Danone, Nestlé y otras que tal vez saben poco del gigantesco mercado que representa la venta al menudeo en estos pequeños estanquillos del otro lado de la ciudad, en un mundo que, aunque los sostiene, les resulta por completo ajeno. 

A esas empresas, Tenoli les ofrece servicios de estudios de mercado y de intermediación para implementar proyectos piloto de distribución de nuevos productos. Es ahí donde radica la sostenibilidad a largo plazo de esta empresa que arrancó gracias a un fondeo colectivo. Al consolidarse el modelo de negocio sostenible, se garantizará que los servicios y asesorías que se presten a los tenderos sean siempre gratuitas. 

Así, en Iztapalapa los puentes han comenzado a tener forma pues ya existen propuestas concretas, como la de una conocida marca de café que proporcionará cafeteras e insumos a los tenderos que así lo deseen para que vendan esta bebida y prueben si les resulta un buen negocio en su establecimiento.

Y es que hasta ahora casi todas las tienditas venden lo mismo, su oferta no rebasa más de ocho marcas de productos lo que las deja en desventaja competitiva frente a las tiendas de conveniencia que siguen creciendo. 

Otro punto clave es la reducción de gastos y gracias a los avances de sus investigaciones de campo, el equipo de Tenoli detectó que uno de los más fuertes es derivado del consumo eléctrico. Por el uso de refrigeradores conectados 24/7 y teniendo una tarifa comercial de CFE, los recibos de luz de los tenderos resultan muchas veces imposibles de pagar. Por ello es que uno de los socios más importantes de Tenoli es IluMéxico, organización civil que trabaja con modelos de financiamiento de paneles solares para garantizar la autosuficiencia eléctrica en zonas marginadas.

El trabajo es mucho y aún falta más, por ello es que el equipo Tenoli ha tenido que crecer. Eder fue el primer empleado y hoy es el responsable del Centro y sus operaciones. La segunda fue Yael, que orgullosamente es la primera originaria de Santa Cruz Meyehualco y cuya labor es clave para el crecimiento de Tenoli. Yael conoce a la gente del barrio, tiene un puesto de jugos en el mercado y su ayuda ha sido vital para que los tenderos escuchen a los “güeritos” que ya se han ganado la confianza de la gente.

Una nueva etapa que se ha implementado es la de logística. En ésta se analizan modelos que permitan a los tenderos organizarse para que el surtir sus tiendas resulte más sencillo. Y es que al no tener un capital grande, surtir la tienda al mayoreo puede resultar todo un reto. Muchas veces no se cuenta con suficiente dinero para ir a comprar mercancía en grandes cantidades, eso les resta capacidad de competencia frente a las tiendas de conveniencia y pequeños almacenes que sí compran en grandes volúmenes y pueden hasta promover atractivas ofertas para los clientes.

Las ideas de los tenderos también son escuchadas, tal como me cuenta María de los Ángeles, que dos veces a la semana baja desde lo alto del Cerro de la Estrella para tomar sus talleres en el Centro Tenoli. Ella ya ha tomado cursos para emprendedores pues la tienda de abarrotes que ahora es el sustento de su familia no es su primer negocio. Ya una vez tuvo una purificadora de agua, pero las cosas no resultaron como esperaba. Así que aprendió algunas cosas del fracaso, que lejos de quitarle las ganas de ser comerciante, le hicieron desear poner empeño para no repetir los errores. Por ello se acercó a Tenoli y aporta su experiencia, ideas y conocimiento en beneficio de otros tenderos también.

En un corto plazo, con el apoyo de otros socios, los tenderos que se integren al programa de Tenoli podrán también recibir asesoría en materia de acceso al microcrédito, planes de microseguro para proteger su patrimonio, así como asesoría legal y contable y todo de forma gratuita pues en realidad, quienes sostendrán todo el modelo son las grandes empresas y marcas interesadas en distribuir más y mejor sus productos en estos establecimientos, al mismo tiempo que conocen mejor las necesidades de sus consumidores al menudeo.

Estas primeras 60 tiendas, que se encuentran muy cerca del mercado donde Tenoli estableció su centro de operaciones forman parte del programa piloto, es decir de una primera etapa en la que se hará un diagnóstico integral que incluye perfil socioeconómico, organización espacial, barreras y oportunidades de crecimiento, así como un perfil de sus clientes.

En este programa piloto se realizarán también experimentos de campo, como este de las cafeteras que se hará con el apoyo de Nescafé o la venta de tiempo aire, para descubrir nuevas oportunidades de negocio.

Mientras hacemos el recorrido, Nicolás y Rodrigo me cuentan que a la gente le ha costado trabajo implementar un sistema mucho más sencillo para conocer el monto de sus ganancias, sin embargo, los mismos tenderos afirman que han sentido que al quitarse el prejuicio y probar nuevas formas de administración, realmente han podido tener más tiempo para otras labores que requiere su negocio.

Saben que el camino es largo, pero los güeros no se cansan. Si una tienda está cerrada hoy, ya estará abierta mañana y ellos volverán. Saben que más vale trote que dure y no paso que canse, aún bajo el aplomo del sol que parece quemar mucho más en el corazón de Iztapalapa.

 

Los datos

 

120

TIENDAS. De abarrotes ya han recibido asesoría.

 

7

MARCAS. De productos es la oferta  de las tienditas, lo que las deja en desventaja frente a tiendas de conveniencia.

 

 

CONSTRUYEN EL PUENTE

Tenoli ofrece servicios de estudios de mercado y de intermediación a grandes empresas para implementar proyectos piloto de distribución de nuevos productos, justo en las tienda de abarrotes de Iztapalapa. Así, los servicios y asesorías a tenderos de Iztapalapa se sostendrán con este modelo.

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