Está comprobado: las mascotas contribuyen a la salud física y psicológica de las personas mayores. La interacción con animales domésticos reduce la presión arterial y el pulso cardiaco; además, acelera la recuperación posterior a cirugías y enfermedades. También se ha descubierto que la compañía de un perro puede beneficiar a quienes padecen de demencia y Alzheimer.
Los adultos mayores dueños de perros no requieren tanta atención médica y, si viven solos, son menos propensos a caer en la depresión. Tener una mascota canina distrae a los abuelos de los problemas físicos y preocupaciones relacionadas con el envejecimiento y las pérdidas.
¿Cómo beneficia a los mayores la interacción con un perro?
*Compañía. Los perros se adaptan a la rutina de sus dueños y siempre están disponibles para pasear o acompañarlos, muchas veces en total silencio. Así se evitan los sentimientos de soledad que tanto aquejan a algunos abuelos.
*Ánimo. Un perro provee aceptación y calidez incondicional, mejora el ánimo e incrementa la energía de su dueño. Todos conocemos historias de cómo estimula a sus dueños a levantarse por la mañana. Así, evitan caer en la inactividad y la apatía, dos actitudes relacionadas con la depresión.
*Ejercicio. Sacar a pasear al perro puede ser una excelente forma de integrar algo de ejercicio a la rutina diaria. Eso sí, se debe elegir una raza compatible con el ritmo y la personalidad del adulto mayor, no demasiado inquieta. Contar con un amigo canino con quien compartir los retos y alegrías diarios ayudan a reducir el estrés.
*Salidas. El aislamiento con facilidad lleva a la depresión. Los requerimientos de la mascota, como sacarla a pasear, bañarla o llevarla al veterinario fomentan la interacción social. Las caminatas también se prestan para hacer nuevas amistades en el vecindario. La gente con mayor