El periodismo policiaco es parte primordial de la memoria colectiva de las ciudades, todos los casos de interés común pasan de una u otra forma por él, desde los grandes fraudes hasta los fatídicos magnicidios, pero el periodismo en ocasiones cruza la barrera de las publicaciones y noticieros, para colarse a las grandes industrias culturales.
No sólo la literatura encuentra a menudo la fuente de su inspiración en el periodismo rojo, también el cine ha volteado su mirada a las crónicas policiacas, llevándolas, incluso, a ser merecedoras de los grandes premios, tanto en taquilla como en la crítica especializada.
Entre esa misma crítica, el periodismo policiaco ha encontrado a un gran aliado al momento de recordar la relación íntima entre el cine y la nota roja; Rafael Aviña ha dedicado buena parte de su trayectoria como escritor y cinéfilo, a recopilar toda la información que pueda documentar la retroalimentación entre la prensa roja y el mundo cinematográfico.
Aviña es egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, y de la Sociedad General de Escritores de México, su trabajo como investigador es tan amplio que va desde la lucha libre hasta las biografías más detalladas de Germán Valdés “Tin Tan”, ha sabido dar espacio y trabajar con rigor el tema de la criminalidad en el cine mexicano e internacional.
En la segunda mitad de la década de los 90, Rafael lanzó al mercado una trilogía editorial que ha servido como fuente bibliográfica a todos los seguidores del cine serie B, los títulos : “Asesinos seriales”, “Cine oscuro” y “Cine de la paranoia”, son textos que por vez primera documentaron el cine que muchos, incluyendo la crítica institucional, desechaban por su baja calidad o lo sórdido de su temática; pero el trabajo y redacción de Aviña fueron tan claros y acertados que ampliaron la mirada a una generación ávida de una cultura visual que les exigiera “ver la desgracia”.
Los nombres de Charle Manson, Henry Lee Lucas, Andrei Chikatilo, Black Dahlia y Goyo Cárdenas se paseaban inquietos por las letras de un novel crítico que llegó para romper los paradigmas de la anticuada institucionalidad de la crítica e investigación cinéfila.
En 2018, Rafael Aviña trae de vuelta su profundo interés e infinito conocimiento del cine nacional con el libro: Mex Noir “Cine policiaco mexicano”, un larguísimo viaje que cruza varias décadas de producción cinematográfica centrada en diversos actores y directores que dieron vida a un sinfín de historias que combinaban: la criminalidad y el melodrama, la violencia y el humor involuntario, la desgracia y el cabaret.
Para los ojos de Aviña, cintas como El Automóvil gris y Cuatro contra el Mundo; las plumas de Luis Spota y José Revueltas, además de las actuaciones de David Silva, forman en conjunto un memorial urbano de la criminalidad que conjuga autos clásicos, largas gabardinas y miradas inyectadas de maldad.
La pregunta sobre la conveniencia de estilizar la violencia y el crimen, Rafael Aviña la responde al asegurar, mediante sus textos, la conveniencia de documentar las facetas de la maldad humana, reconstruir un imaginario que nos lleve a no olvidar, a asimilar el arte y el pasado.