Tengo un año y ocho meses de casada y antes de casarme mi relación era buena sexualmente hablando, pero ya casados, mi marido perdió el interés por el sexo, lo hacíamos tres o cuatro veces por semana, luego dos y así fue disminuyendo hasta que ya casi no me toca, yo lo intento provocar con caricias y me rechaza. Le he preguntado que si ya no le atraigo y se molesta, me siento humillada cada vez que ruego por sexo. Cuando lo hacemos yo le doy sexo oral, pero él a mí no. Sé que no es gay, porque lo he visto mirando el trasero o pecho a las chicas, tampoco creo que ande con otra porque trabajamos juntos ¡todo el día! Necesito un consejo sobre qué puedo hacer. Rebeca H.
Hablar con él y asistir a una terapia de pareja. El hecho de que estén todo el día juntos puede ser un factor que afecte la relación, ya que no hay nada novedoso de qué hablar. En realidad, te sientes humillada no sólo por pedir sexo, sino porque estás pidiendo atención y cariño, ya que no lo mencionas claramente, pero dejas ver que la falta de interés no sólo es por el sexo; muchas mujeres se preocupan menos por el sexo si tienen el cariño y la atención de sus parejas. Evidentemente, hay algo que no está claro por parte de los dos y es necesario sacarlo para saber a qué reglas está sujeta su relación.
Mi curiosidad es saber qué pasa cuando una mujer es penetrada por objetos o penes más grandes gradualmente. ¿Dejan de sentir placer cuando vuelven a unos más pequeños? Gracias. Humberto A.
La respuesta es no. El asunto del tamaño del pene tiene que ver más bien con saber las zonas y posturas que se deben estimular para conseguir mayor placer. La vagina es flexible y como todo músculo, mientras más se usa menos dolor se tiene, pero no menos sensibilidad. Este músculo tiene una gran capacidad de flexibilidad, no en vano es el canal del parto; sin embargo, no deja de ser incómodo que se introduzcan objetos muy grandes o anchos. El mejor pene es el que sabe estimular; en especial, el Punto G y el clítoris.
Hola. Yo estoy casado. Llevo con mi mujer ocho años. Tenemos 36 años y educación universitaria. De un tiempo a esta parte, fantaseo viéndola en mi imaginación en la cama con otro que le esté dando duro. Me gusta imaginármela haciendo todo tipo de posturas y gozando con el otro. Ella es una mujer muy clásica, tanto en la forma de vestir como en el sexo. Muy pudorosa con su cuerpo. Dado esto, creo que decirle directamente que tenga sexo con otro y yo la mire es algo violento, así que he pensado ofrecerle un masaje tántrico para iniciarla en esto. ¿Es buena idea? He estado preguntando en algunos gabinetes de masajes y todos tienen terminación con estimulación genital manual. No sé si ir a un sitio de éstos o a otro donde la terminación la elige ella, pensar que se encuentre a gusto y termine queriendo que le hagan oral me pone muy excitado. Espero su ayuda. Gracias. José Arturo P.
Tu mujer no es tu objeto. Ella es un ser humano y no puedes tomar la decisión de iniciarla en nada sin su consentimiento, menos en un asunto de índole sexual. Por supuesto que decirle así de directo es violento, pero no lo es menos que la lleves sólo porque a ti eso te complace. Ella no únicamente tiene el derecho de elegir cómo terminar una sesión sexual pagada, sino que tiene todo el derecho de decidir si va o no.