Buenos propósitos

10/01/2014 03:00 Cecilia Rosillo Actualizada 00:13
 

La euforia del Año Nuevo suele poner a las personas con mucha disposición de hacer propósitos para cumplir durante el año, pero también es muy común que la mayoría desista de ellos antes de acabar el primer mes del año.

El bajar de peso, hacer ejercicio, ahorrar, dejar los vicios, comer mejor, son siempre los más socorridos; pero en el terreno sexual, todos tenemos retos que deberíamos tomar más en serio para llevar a cabo, pero que ni pensamos.

Un reto es, según la definición del diccionario, un objetivo difícil de conseguir en el cual se pone mucho esfuerzo; sin embargo, no todos los retos sexuales son complicados y algunos en realidad no necesitan de tanto esfuerzo; por el contrario, tienen grandes recompensas de manera inmediata.

Por lo regular, cuando las personas piensan en retos sexuales, imaginan hacer cosas que van más allá de lo que pueden soportar y en el sexo no se trata de eso, ya que una de las bases de la sexualidad sana es el goce del placer y lo que no nos resulta placentero no puede sernos erótico.

Un reto sexual debe ser una meta alcanzable, una experiencia nueva que, quizá, ni siquiera habíamos contemplado, pero que puede pasar a ser parte de nuestro menú sexual para aumentar nuestras opciones y conseguir placer.

Por ejemplo, para una persona muy reprimida y tímida sería imposible que tuviera una sesión sexual usando ropas de cuero y artículos masoquistas, pero puede ser un reto alcanzable introducir nuevas posturas sexuales con su pareja o bien, conocer la autoexploración con juguetes sexuales sencillos.

El reto más común entre la mayoría de las personas es tener más sexo, pese a que lo más recomendable y el verdadero desafío debiera ser tener mayor calidad en las relaciones sexuales.

Otro desafío común es conseguir pareja, lo malo es que por alcanzar como sea este objetivo, las personas no se dan cuenta de que el verdadero reto es emparejarse con una persona adecuada en todos los sentidos a nosotros, y no sólo con la que nos gusta.

Un reto más para que la vida erótica de las personas sea más plena es innovar en el autoerotismo, y usarlo como una forma de autoconocimiento y no como un simple liberador  de la tensión sexual.

Otro desafío muy importante es no dejar de usar anticonceptivos por ningún motivo si es que no se desea un embarazo. Superar la “calentura” del momento para algunos es casi imposible, el problema está que no controlar el impulso y dejarse llevar por la pasión sin prevenir, hacen que después la incertidumbre quite el sueño por muchos días.

También un reto sexual debiera ser hablar con la pareja sobre las necesidades que se van teniendo o las que van cambiando con el tiempo, a fin de acordar nuevas formas de erotizarse o bien, de perfeccionar las que están más conocidas.

Para las parejas con hijos, el desafío sexual es aprender a dar confianza a los hijos y hablar del tema con naturalidad, educando más que simplemente informando.

Arreglar los conflictos emocionales propios y de familia también son desafíos sexuales que estaría bien tomar en cuenta, ya que muchas veces se condiciona el sexo y el erotismo cuando los sentimientos son negativos, hay enojo o resentimiento.

 

Aprender a comprender a la pareja es otro reto sexual que, resuelto, abre la posibilidad de una vida erótica más sana, así como aprender a negociar lo posible y a no tolerar lo imposible.

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