Su madre, Araceli, es enfática: El caso “se estropeó porque no se hicieron las cosas en su tiempo, en el tiempo que deberían haberlo hecho. No se actuó en el momento en que se deberían haber hecho las cosas. Si se hubieran hecho las cosas en ese instante, pues a lo mejor no hubieran pasado esos cinco años, y Luz estaría ya aquí. Hasta el día de hoy no la tengo aquí, por la mala actuación de las autoridades”.
Luz del Carmen tenía 13 años cuando desapareció de casa de sus padres, un cuartito en una vecindad en Jardines de Morelos, Ecatepec, el 12 de abril de 2012. Desde entonces, hace cinco años, nadie conoce su paradero.
Eran vacaciones de Semana Santa. Pero sus padres salieron temprano —muy temprano— a trabajar. Primero la madre, Araceli González, quien entonces trabajaba hasta Tecamachalco. Le dio un beso a su hija cuando esta seguía dormida y salió a la calle cuando todavía estaba oscuro. Más tarde salió el papá, un boleador de zapatos.
Se sabe que Luz salió de su casa alrededor del mediodía. Una vecina la vio sentada en las escaleras, llorando. Minutos después, Luz habló con un niño de 11 años que era su vecino y amigo. Después Luz ingresó de nuevo a su domicilio.
Hay un hoyo negro respecto a las cinco horas siguientes. Sólo se sabe que, a las 5:30 de la tarde, el padre de Luz llegó a casa. Encontró la puerta abierta y la televisión prendida. El suéter de ella se encontraba sobre la cama. En un clavito en la pared, el cargador del celular. Luz no se había llevado dinero, ni el cargador, nada. Ni siquiera el suéter.
Al día siguiente, los padres interpusieron una denuncia ante el Ministerio Público de Ecatepec. Las autoridades respondieron lo que a muchas familias: aunque Luz era menor de edad, la denuncia sólo sería válida hasta que pasaran 72 horas de la desaparición.
Entonces Araceli se dio a la tarea de reconstruir los pasos de su hija aquel día. Quiso hablar con el niño que había sido visto con su hija. Los padres de éste no lo permitieron. A los pocos días, azotó una nueva tragedia, el niño fue arrollado accidentalmente por un tren, y falleció.
El 17 de abril, la familia recibió un mensaje de texto anónimo. Luz estaría siendo retenida contra su voluntad, por un hombre que ya había matado a otra niña en enero del mismo año. Los policías se dirigieron al lugar en el que supuestamente estaría la pequeña, pero dijeron no hallar nada.
Por el tiempo en el que Luz desapareció, frente a la familia vivía un vecino con bares donde se ejercía la prostitución. Araceli pidió a la policía investigar al tipo. Pero la policía reviró a la familia que fuera ésta la que “juntara pruebas”: revisar la basura, los desechos, espiarlo…
Después, durante muchos meses, la principal hipótesis de la autoridad sería que Luz “se fue con el novio” por estar embarazada. Sin embargo, Araceli sabía que su hija tenía el periodo por la fecha en la que desapareció. ¿Cómo podía estar embarazada?
A cinco años, “no ha habido nada. No se ha sabido nada de Luz”, sentencia Araceli. “Desde que desapareció no se ha hecho gran cosa. Seguimos igual, sin pista de ella. Se han mandado oficios a otros estados de la República. Es lo único que se hace ya. Mandan oficios y ya, porque no hay otras líneas de investigación, ya todas se agotaron. A cinco años se desvanecieron todas”.
Araceli es enfática: “Las líneas de investigación se desvanecieron porque no se investigaron en su momento”.
“Yo veo que en vez de mejorar la situación, sigue empeorando y las desapariciones, en vez de disminuir, siguen acrecentándose más. No es justo que sigamos sufriendo las madres y nuestras hijas”.
“Exigimos a las autoridades que ya no siga ocurriendo esta situación, que se pongan a trabajar, que ya no sigan desapareciendo más niñas en este país. Si alguien sabe o ve algo de mi Luz, que lo reporte. Ya son cinco años sin saber de ella y ya es mucho”.
