Tienen ocho meses sin saber de Nancy

La roja 18/04/2017 05:00 Lydiette Carrión Actualizada 05:02
 

Eran las seis de la tarde del sábado 20 de agosto de 2016. Israel, pareja de Nancy Ríos, llamó por teléfono a su suegra, Bellarmina García. Israel lloraba a moco tendido.

–Suegra, Nancy no aparece.

A Bellarmina le extrañó. 

Israel jamás la llamaba suegra. Le decía, doña. Además, si eran las seis de la tarde del sábado, le parecía excesivo que Israel estuviera llorando, tan preocupado, porque Nancy no había contestado el teléfono en un par de horas.

Israel continuó. Dijo que Nancy había salido desde su casa, en Ecatepec, con rumbo al centro de la Ciudad de México, a comprar algunas cosas para su estética, negocio que acababa de abrir. Y agregó que se había mensajeado con ella hasta las dos de la tarde, pero después, Nancy ya no respondió.

Sin embargo, Bellarmina se había mensajeado por la mañana con su hija, y ésta le había comentado que ya tenía varias citas en la estética, y no que planeaba ir a la ciudad.

Bellarmina no se preocupó demasiado en aquel momento. Quizá habían peleado y Nancy se había ausentado. No sería extraño, dado que Nancy sufría violencia intrafamiliar y de hecho, ese día Nancy le había comentado que estaban discutiendo.

Pero Israel continuó llamando hasta las 10 de la noche, hasta que Bellarmina se quedó dormida. Y a las 7 de la mañana del domingo 21, la volvió a llamar.

Entonces Bellarmina le dijo: “Vamos a buscarla ahora mismo”. Él aseguró que ya había levantado un acta por la desaparición de Nancy en el ministerio público de San Cristóbal. Recorrieron el centro de la Ciudad de México: Circunvalación, Granaditas. Nadie había visto nada. Bellarmina levantó un acta en la delegación Cuauhtémoc.

Para el lunes 22 de agosto, Bellarmina, junto a sus otros hijos (en total tiene ocho), buscaron de nueva cuenta a Nancy. Pero Israel ya no los acompañó. El martes tampoco.

Para el miércoles, los cuatro hermanos varones de Nancy se apersonaron en el domicilio que Nancy compartía con Israel. Ahí exigieron ver una bodega propiedad de este último. Y ya en aquel lugar, y platicando con los vecinos, supieron de la existencia de una segunda bodega. Obligaron a Israel a mostrarla. Ahí, los hermanos hallaron el celular de Nancy, sumergido en una cubeta con agua.

“Israel se puso como loco, les sacó la pistola, se puso fuera de sí. Lo desconocieron. Y desde ese día él huyó”, narra Bellarmina.

Desde entonces, Israel se encuentra como no localizable para la familia de Nancy.

Meses más tarde, Bellarmina descubrió nueva información que la hizo sospechar aún más del papel que tuvo su yerno en la desaparición. Por ejemplo, cuando pudo ver las cámaras del C4, en la Ciudad de México, supo que no hay datos que sugieran que Nancy llegó a la ciudad. Por su parte, en los videos en la calle de la casa de Nancy, jamás se la ve salir de su domicilio.

Más aún, cuando se revisaron las sábanas de llamadas de Nancy, se descubrió que los últimos mensajes que ella envió fue con su mamá, no con su pareja. Sin embargo, Israel aseguró que intercambió mensajes con ella hasta las 2 de la tarde del 20 de agosto.

Finalmente, supo que Israel jamás levantó el acta por la desaparición de Nancy, sino que lo hizo su hermano.

Bellarmina conmina a las autoridades a actuar para resolver la desaparición de su hija. “Le están dando vueltas al asunto, ya se tardaron”, explica. Y agrega: “No siento el interés de las autoridades” para resolver. “Yo no sé por qué tardan tanto, si está más que claro. Ya se revisaron videos… y en los videos se muestra que mi hija nunca salió [de su casa]. El que salió fue él en una camioneta”.

La familia de Nancy ha decidido hacer el caso público. Y a raíz de las publicaciones, han recibido mensajes insultantes y amenazas. 

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