Una de las reliquias sagradas de la cristiandad que estuvo en contacto con Jesús y los Apóstoles, fue el mantel usado en La Última Cena.
La escena ocurrió hace 1985 años y, a esa distancia en el tiempo, ahora se encuentra expuesto en el Museo del Sagrado Mantel de la Catedral de Coria, en Extremadura, España.
La Catedral fue uno de los refugios de los Caballeros Templarios cuando partieron a Portugal después de que se ordenó desde Roma la disolución y persecución de la orden del Temple.
Cuenta la historia que escondieron en este sitio el mantel y que mientras estuvo con ellos, todos los Jueves Santos, después de un cierto ritual, se usaba como mantel para aparecer comida sobre la mesa y la cual era compartida entre los más necesitados, pero también se le relacionó con diversos milagros.
“No se sabe en qué año llegó, ni quién lo llevó. Nosotros partimos de una Bula Papal de Benedicto XIII que en 1404 habló de las reliquias de Coria, como algo tradicional y un dato importante es que venía gente de todas partes para venerar el mantel”, afirmó el técnico del Museo del Mantel Sagrado, Óscar García.
El especialista mencionó que a partir de la segunda mitad del siglo XVI, se tienen datos fehacientes de que el mantel se comienza a exponer y que llegaban más de tres mil personas cada 3 de mayo, Día de la Cruz.
Fue tanto el interés de la gente que cada que se exponía había mucho desorden y hasta se subía a los retablos, a las rejas, hay un momento que se sacó el mantel al balcón de las reliquias y los visitantes comenzaron a arrancarle trozos.
García aseguró que en el siglo XVIII, el Obispo Juan Álvarez Castro, prohibió que se siguiera exponiendo y fue a partir de entonces que el mantel entró al anonimato de las reliquias que guarda El Vaticano.
El primer estudio al mantel se realizó en 1960 en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, donde se certificó que era de lino y de fabricación arábiga y fue fechado en el siglo I de nuestra era.
También se determinó que el sitio del tejido era de Palestina, durante el tiempo de Jesús, así como el color azul índigo que fue conocido en Europa hasta el siglo XVI, con lo que se descarta que fuera un tejido realizado en la Edad Media.
Una segunda investigación se realizó en 2001 por el Dr. John Jackson de la Universidad de Colorado en Estados Unidos, con análisis a muestras microscópicas de polen y otras partículas para compararlas con la Sábana Santa de Turín.
En una de las investigaciones se piensa que tanto el mantel como la sábana se usaron conjuntamente en La Última Cena, pero esa suposición hay que demostrarla.
Jackson desea cotejar las piezas y analizarlas a la vez y ver qué tipo de relación existe entre ambas. Lo que llamó la atención fueron las medidas: el mantel tiene cuatro metros con 32 centímetros y la Sábana Santa tiene cuatro metros con 36 centímetros.
El equipo científico también ha mencionado que es una pieza con una antigüedad de dos mil años y que la torsión en la trama del tejido tanto del Mantel y la Sábana Santa es la misma.
Los OVNIS de la pasión
Cada Semana Santa se realiza en Iztapalapa la representación de la Pasión de Cristo que este año será la número 175 con una convocatoria de más de un millón de visitantes que llegan de diversas partes de México a este magno evento considerado uno de los más importantes en el mundo.
Para ello, las autoridades disponen de un gran operativo para resguardar la seguridad e integridad de los asistentes.
En los últimos años se han detectado la presencia de Objetos voladores con forma esférica, que presentan un color plateado que sobrevuelan la zona a una baja altitud, pero así también están estos extraños objetos de color negro que al parecer están al pendiente de esa concentración de personas.
Han sido los cazaovnis que con sus cámaras han logrado captar la presencia de estos misteriosos objetos sobre el Cerro de la Estrella, que es el sitio donde se lleva a cabo la escenificación de la Pasión de Cristo.
Si nos remontamos a las historias antiguas, cabe recordar que a este Cerro se le llama de la Estrella, según se refiere, por que cuenta la historia que todas las tardes/noches llegaba una estrella y se posaba sobre la parte más alta, que es donde se encuentra el basamento piramidal del encendido del “fuego nuevo” y que cada 52 años los antiguos habitantes realizaban ese encendido mientras la constelación de Las Pléyades estaban sobre el cenit y que era el paso a una nueva era.
En este lugar se tienen registros desde los 50 de la presencia de extrañas luces que han sido identificadas como brujas, pero así también con extraños objetos voladores escurridizos llegados del Universo.
Así que si usted va a la 175 representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa esté muy atento al cielo ya que podría convertirse en un nuevo testigo de la presencia de estos misterios Ovnis.
(Fotos: Archivo El Gráfico)