Insólito, “objetos voladores” en el Cerro Xicuco

Al día 04/08/2018 12:27 Yohanan Díaz Vargas Actualizada 14:06
 

El Cerro Xicuco, en Tezontepec de Aldama, Hidalgo, cuenta con una altura de 2 mil 200 metros sobre el nivel del mar, es un cerro muy especial por su forma cónica y curva, así como por las numerosas historias que han contado sus habitantes a lo largo de los siglos que van desde que es la entrada al centro de la Tierra, un lugar sagrado, que son constantes los avistamientos de objetos voladores que en la mayoría de veces afirman son “brujas”, y cuando son observados a plena luz del día los testigos refieren que son objetos con forma de esfera.

Avistamientos desde la década de los 90 donde la prensa daba a conocer sobre un fenómeno que llamaba la atención; hay reportes de ceremonias especiales durante los equinoccios donde cientos de personas se cargaban de energía en la zona siendo testigos de la presencia de entre 50 y 60 ovnis, como sucedió en el 2011 que los visitantes avistaron un extraño fenómeno sobre sus cabezas.

Tula se mantuvo vigente más de “cuatro siglos con decenas de miles de habitantes en un área de 16 kilómetros cuadrados con plazas, pirámides, palacios y terrazas artificiales; sistemas de canales, drenajes, calzadas y puentes sobre el río Tula que permitían transitar entre los barrios de ambas partes de la ciudad”, se asegura en una de las placas informativas del INAH de la zona.

(Foto: Archivo El Gráfico)

Investigadores y defensores de la teoría de los “antiguos astronautas” han afirmado que en la mano derecha de los gigantes de Tula tienen un arma de “rayos láser”, afirmación que a la fecha no se ha podido demostrar, pero que en las últimas décadas ha llamado la atención de propios y extraños.

En los pueblos cercanos a la zona arqueológica se reporta el aplastamiento de sus cultivos por extrañas luces que aparecen por las noches y han sido avistadas sobre los terrenos y que al día siguiente se dan cuenta de este extraño fenómeno, no encontrando huellas de presuntos bromistas, cuando analizan los tallos de las plantas se dan cuenta que no están rotos, sino doblados por una extraña fuerza, según los entendidos, dicen que es por medio de electromagnetismo o una fuerza invisible que juega con los campesinos, sin embargo, algunos investigadores del gobierno y universidades aseguran que es producto del empleo exceso de fertilizantes, mucho viento o que el terreno es inestable. Sería importante que se explicaran esas luces voladoras y cómo la gente encuentra los aplastamientos, pero lo que sí nos damos cuenta es que hay interés por darle una explicación poco convencional.

Se asegura que el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez se inspiró en la silueta del Xicuco para diseñar la cúpula de la Basílica de Guadalupe, “fue a sugerencia del escritor Gutierre Tibón, a quien Ramírez Vázquez pidió orientación sobre una figura sagrada prehispánica, que pudiera inspirarle para diseñar la magna obra católica”, según Noticias Progreso de Obregón en Hidalgo.

Apariciones de la conquista

Al santo Santiago Apóstol se le asocian multitud de misteriosas apariciones. La primera de ellas, en la batalla de Clavijo, España, en el siglo IX. Se trata de apariciones bélicas. Desde el punto de vista católico, se le da una interpretación de auxilio.

El apóstol, según las crónicas, se habría aparecido a lomos de un caballo y ayudaba a que las tropas cristianas vencieran. Aunque estos relatos tienen más de leyenda que de realidad, tras el descubrimiento de América en 1492, estas apariciones cruzan el Atlántico. Así, al santo se le conocería como Santiago ‘Mataindios’.

De entre los episodios en los que se sitúa al apóstol en la conquista de México podemos citar la matanza del Templo Mayor, ocurrida en 1520 en el transcurso de la fiesta azteca en honor a Huitzilopochtli. Según el cronista Francisco López de Gomara, su caballo “mataba tantos con la boca y con los pies y manos como el caballero con la espada”. 

Por su parte, Fray Juan de Torquemada explica que se trataba de “un caballero muy grande y vestido de blanco, en un caballo blanco, con espada en la mano, peleaba sin ser herido y su caballo con la boca, pies y manos, hacia tanto mal, como el caballero con su espada”. En una batalla entre españoles y chichimecas, se cita la aparición del apóstol.

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