A 10 años de la tortura sexual durante los operativos del 3 y 4 de mayo de 2006 en Atenco, estado de México, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos está por sacar un informe que podría poner en el banquillo de los acusados al Estado mexicano.
Y es que para muchos, esos días siguen estando presentes en la memoria:
“Nos sacan de la casa a base de golpes, de insultos, nos suben a unas pickup. Desde que nos detienen comienzan a golpearnos, a insultarnos […] el tipo de violencia que sufrimos como mujeres fue completamente misógina […]. Una vez en el camión empieza lo más fuerte de la tortura: tortura física, sicológica, pero también sexual…. Este… las posiciones forzadas, las amenazas de desaparición, de asesinato. Creíamos que había muertos […] Participaron policías distintas […], la agencia de seguridad estatal fue la que me subió a los camiones y fueron los que por lo menos a mí me torturaron sexualmente”. Así describió Mariana Selvas, años después, la tortura que sufrió en San Salvador Atenco, Estado de México, el 3 y 4 de mayo de 2006.
En ese entonces, el operativo policiaco en el que participaron policías municipales, estatales y federales contra el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) se volvió sinónimo de brutalidad policiaca. Ahí murieron dos jóvenes, de 14 y 20 años, decenas de personas fueron heridas, encarceladas y torturadas, y, en particular, la policía se ensañó contra las mujeres: abuso sexual, tocamientos, insultos y violación.
“Durante el traslado [hacia el penal] fuimos obligados a hacer posiciones forzosas. Teníamos que cuidarnos de no lastimar a los que estaban abajo. Fue ahí justo donde a varias compañeras y a mí nos torturan sexualmente. Me refiero a tocamientos, a introducirnos dedos en la vagina […] a unas compañeras las obligaron a hacer sexo oral… todo el tiempo insultándonos… creo que no puedo llegar a pensar con cuánta maldad pueden tratar a alguien. Es increíble la tortura… te golpean de tantas formas: no es sólo fìsico, es todo lo que te están diciendo… claro que en momentos te estás quebrando”, relató Norma Aidé Jiménez.
Mariana Selvas, Georgina Edith Rosales, María Patricia Romero, Norma Aidé Jiménez, Claudia Hernández, Ana María Velasco, Yolanda Muñoz, Cristina Sánchez, Patricia Torres, Suhelen Gabriela Cuevas y Bárbara Italia Méndez han mantenido un proceso en contra del Estado mexicano desde entonces. Pero en tierras mexicanas nunca hubo una respuesta satisfactoria. Sólo se castigó a algunos pocos elementos, en lo más bajo de la cadena de mando.
“Denunciamos en varias instancias y nunca nos hicieron caso”, narró Bárbara Italia . “Un año después [en 2007] nos hicieron un peritaje en la Fevimtra… fue dolorocísimo, la revictimización, terrible. Había 60 elementos de policía en el cuarto de al lado […] Las peritas me tenían desnuda, sacándome fotos, diciéndome que no había señal de abuso, a un año de distancia. [Y mientras] escuchaba los chistes sexuales de los policías en el cuarto de al lado”.
Actualmente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) está por presentar lo que se conoce como Informe de Fondo sobre el caso, el cual no es público actualmente. Una vez que la CIDH lo emita, el gobierno mexicano deberá responder, y si esto no ocurre, el caso irá a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH). Se trataría del segundo caso de violencia sexual por parte de agentes del Estado mexicano que llega a este tribunal internacional, y obligaría al Estado mexicano a resarcir el daño.