Las heridas en las manos por agarrar la navaja del lado del filo, probablemente cicatrizaron más rápido; quizá dos semanas. Pero la herida en el brazo izquierdo requirió 20 puntadas y más de 20 días en sanar. Esos días, por cierto, los pasó en la cárcel. Yakiri Rubio, de 20 años, está acusada de matar a Miguel Ángel, de 38 años. Ella sostiene que fue en defensa propia tras sufrir una violación e intento de feminicidio. El suceso ya da la vuelta al mundo y ha sido uno de los casos que más ha dividido a la sociedad mexicana bajo las preguntas: ¿se conocían o no?, ¿de verdad la violó?
Los únicos hechos comprobados hasta ahora son las heridas en Yakiri, una pericial de la Procuraduría de Justicia del DF que determina que la joven sufre de secuelas consistentes con violación y que Miguel Ángel murió desangrado.
El 9 de diciembre Yakiri salió del hotel Alcázar, en la colonia Doctores; ensangrentada pedía auxilio. Se detuvo en una paletería sobre Niños Héroes, donde le dieron un poco de agua para lavarse. Después regresó unas cuadras y fue hallada por policías vestidos de negro. La joven les refirió que dos hombres la habían obligado a subir a una motocicleta y la llevaron a un hotel, donde la atacaron sexualmente; uno de ellos la agredió con una navaja.
Los policías buscaron la moto; la hallaron en una vecindad junto con el cadáver de Miguel Ángel. Su hermano Luis Omar dijo que lo mató una mujer en un hotel.
Al otro día, Yakiri ya enfrentaba proceso. No se practicaron las periciales que por ley se deben realizar en casos de violación, sino hasta días después. En su primera declaración como acusada, presentó sus lesiones. Reconoció los objetos que llevaba en su bolso de Betty Boop ese día: un cutter viejo para desarmar cajas de cartón en su trabajo, un cuchillo de madera nuevo, un iPhone que le compró a una amiga meses atrás, dos lápices labiales, tres hojas de papel con escritura, 700 pesos, credencial del IFE. Jamás reconoció ni aparece en su declaración la existencia de un celular negro que sería propiedad del Miguel Ángel.
¿PERO SE CONOCÍAN?
La primera versión que comenzó a circular sobre una relación previa entre Yakiri y Miguel Ángel también fue filtrada por la PGJ: que Yakiri llevaría una carta de amor de Miguel Ángel en la bolsa. Después se desmintió esta versión; el autor era un pretendiente de Yakiri, pero no del presunto violador.
La segunda versión sería en el sentido de que Yakiri y Miguel Ángel habrían tenido hasta 53 comunicaciones por celular en los días previos al 9 de diciembre.
Pero Ana Katiria Suárez Castro, abogada defensora de Yakiri, recalca: “Apenas estamos en la etapa de presentación de pruebas. Falta la pericial informática (del celular), así como la corroboración de estas llamadas en el celular de Yaki. A la procuraduría no le han mandado las dos sábanas de llamadas”.
Pero agrega que toda la atención se centra en si se conocían o no. “Todavía al día de hoy, al investigar a una mujer en un delito de esta naturaleza (violación), se sigue cuestionando si había una relación o no.
Lo que se investiga es una violación. Me pregunto si un esposo tiene derecho a violar a su esposa o a su hija. Los delitos sexuales son delitos de realización oculta, por su propia naturaleza siempre va a haber menos elementos”.
Yakiri comenzará tratamientos sicológicos especializados para enfrentar las afectaciones de la violación, proporcionados por la PGJ. La procuraduría reconoce en los hechos que la joven fue violada; sin embargo, ella sigue su proceso en la cárcel. Omar, el hermano de Miguel Ángel, y quien ha sido acusado de violación, anda libre, sin enfrentar proceso. Está libre, en la colonia Doctores.