Esmeralda escapa de maltrato

10/03/2015 03:00 Lydiette Carrión Actualizada 23:04
 

Esmeralda García Santana, de 12 años, salió de su domicilio en la colonia Miravalle, delegación Iztapalapa, el pasado 28 de febrero. Desde entonces nadie la ha visto. El 7 de marzo, la Procuraduría capitalina emitió la Alerta Amber.La alerta no especifica la estatura de la niña ni la complexión o el color de pelo. Se sabe, por la fotografía, que es una niña de rizos oscuros, tez morena clara, ojos negros, delgada, sonrisa ancha. Tiene una ligera apertura entre los dientes frontales. Nadie sabe la ropa qué vestía, cursaba el sexto grado de primaria antes de desaparecer.

La hojita de la Alerta Amber sólo detalla que Esmeralda presenta “cicatrices en todo el cuerpo, cicatriz de quemadura en la espalda”.

Leticia Santana, tía de Esmeralda, relata lo que sabe: “Es una quemadura en el hombro izquierdo”. Y luego relata a grandes rasgos la vida de su sobrina:

Cuando Esmeralda estaba por cumplir seis años su papá se la llevó y la dejó con Flavia, la mujer que lo había criado, y quien sería una suerte de abuela para la niña, a pesar de no llevar la misma sangre. Los padres de Esmeralda, sin embargo, vivían no muy lejos, con otros hijos.

Leticia Santana asegura que este arreglo obedece a una historia de violencia familiar. Incluso, se inició un proceso legal en la Procuraduría capitalina, del cual no da mayores detalles. Más éste se vio interrumpido. Ella no sabe a ciencia cierta por qué, pero recuerda que los tiempos coincidieron con el caso de Casitas del Sur.

A finales de 2008, cuando Esmeralda comenzaba a vivir con la señora Flavia y era el centro de un proceso legal, la Procuraduría capitalina se vio envuelta en el que es quizá el mayor escándalo que ha sufrido en materia de derechos de la infancia. Ilse Michel, una niña de entonces nueve años que había sido enviada a un albergue temporal, se encontraba desaparecida. Y a partir de ese caso se destaparon otras sustracciones de niños en este albergue, al que la Procuraduría capitalina enviaba frecuentemente niños retirados de sus familias.

Leticia considera que la coincidencia con Casitas del Sur disuadió a la familia de revisar lo que había pasado con Esmeralda, así que la solución fue que ésta creciera con Flavia. Durante todos esos años tuvo poco contacto con la familia materna, a pesar de que vivía tan sólo a cuatro casas, y tanto la tía como la abuela querían hacerse cargo de ella, asegura. “Nosotros la veíamos poco, a veces nos la encontrábamos en la calle, jugando”, explica Leticia.

El 26 de noviembre pasado y seis años después de alejarse de la familia, los papás reclamaron a Esmeralda y la llevaron con ellos. El 28 de febrero, tres meses después, la niña escapó. La familia levantó una denuncia en CAPEA el 6 de marzo pasado y la Alerta Amber se activó el día 7. El domingo 8, el Día Internacional de la Mujer, su caso comenzó a circular en televisión, medios impresos, radio.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 40 millones de niños y niñas menores de 15 años son víctimas de malos tratos y abandono, y requieren atención sanitaria y social. De acuerdo con la UNICEF, la violencia tiene consecuencias graves para el desarrollo del niño. En casos extremos resulta en lesiones graves o incluso muerte. No obstante, también puede afectar a la salud del niño, su capacidad de aprendizaje o incluso a su voluntad de ir a la escuela. La violencia puede ser causa de que el niño huya de su hogar, exponiéndole así a más peligros.

Hay indicios de que Esmeralda está en Puebla. Su tía quiere hacerse cargo de ella.

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