Buscaba trabajo y no volvió a casa

La roja 11/10/2016 05:00 Lydiette Carrión Actualizada 05:04
 

El 30 de abril de 2015, Ana María Velázquez Colomer, una mujer de entonces 48 años, empleada doméstica y madre de tres hijos, salió en busca de un trabajo. No volvió a casa. 

Éste es uno de los 13 casos de mujeres y niñas desaparecidas en la Ciudad de México  que difunde la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (Catwlac, por sus siglas en inglés). 

De acuerdo con la Coalición, estos 13 casos han tenido una “nula” investigación por parte de las autoridades de la Ciudad de México. Por ello se pide su difusión.

Ese 30 de abril de 2015, antes de  salir de su casa, Ana María Velázquez Colomer utilizó el teléfono fijo, y mientras lo hacía, garabateó algo en la libretita que se hallaba junto al teléfono: Señor José Luis,  2 mil 500 pesos, Topilejo. El menor de sus hijos la escuchó describirse: Delgada, no muy joven. 

Después Ana María se despidió: “Regreso más tarde, voy a una entrevista de trabajo”. La vio salir vestida con pantalón blanco, blusa café y una bolsa de mezclilla. Eran las 2:30 de la tarde.

Ana María dejó su hogar en la colonia El Mirador I, en Tlalpan, cerca de Héroes de Padierna y a unas calles de la carretera panorámica Picacho-Ajusco. Iba con rumbo a Topilejo. Lo último que se supo de ella es que mandó un mensaje de Whatsapp a su hermana: iba a ver lo de un trabajo en un rancho, limpiando, buena paga. 

Esa tarde, familiares buscaron a Ana María vía telefónica. Al principio entraba la llamada, pero nadie contestaba. Entre las seis y las siete de la noche, el teléfono fue apagado. 

Los hijos de Ana María denunciaron en las oficinas de CAPEA la desaparición el día 1 de mayo, entregaron datos: un número Movistar, posiblemente del futuro empleador de Ana María. Pidieron que se investigara el número Movistar, el celular de la mamá y el teléfono de la casa. Pero no fue sino hasta el 6 de mayo que la familia acudió a las oficinas de Fevimtra, que pudieron acceder a la sábana de llamadas del celular de Ana María. En efecto, había estado en comunicación con el mismo número apuntado junto al teléfono desde dos días antes. A fin de mes, la sábana de llamadas del teléfono de la casa confirmó lo mismo. Sin embargo, según la información oficial, el número Movistar sospechoso no habría recibido llamadas ese día, ya que aparentemente no estaba funcionado. 

Han pasado los meses, más de un año. No se sabe nada de Ana María. 

Lo mismo ocurre en el caso de María Esther Ileana Somera Ramírez, una mujer de entonces 36 años, delgada, de ojos cafés claros, que desapareció en las inmediaciones de la delegación Miguel Hidalgo, el 8 de mayo de 2015. 

Igual en el caso de Erika Hernández Hernández,  adolescente bajita, de 1.55 metros, que desapareció el 22 de febrero de 2012 en Coyoacán, cuando tenía 16 años.

El caso es similar con Danya Cassandra Fernández Morales, quien tenía 17 años de edad cuando desapareció, el 25 de julio de 2013, en la delegación Coyoacán. 

Se juntan otros más: Andrea Becerril Medina, sustraída por su madre el 7 de septiembre de 2007, cuando la niña tenía  cuatro años de edad, y por quien la PGR ofrece una recompensa de $1,500,000. 

 

Google News - Elgrafico

Comentarios