No cabe duda que mi mayor pasión hasta el día de hoy es subir a luchar a un ring y viajar por las diferentes ciudades de México y del mundo, pero ahora lo es más. La razón es que tengo la enorme oportunidad de hacerlo de la mano de mi hijo Santo Jr., tal como sucedió el pasado miércoles 12 de octubre.
Fue un día muy importante para los dos, pues nos presentamos con la empresa Lucha Ilimitado por primera vez en la ciudad de Yakima, Washington, en el Valley Sundomo, al norte de Estados Unidos, cerca de la frontera con Canadá.
En lo personal disfruté al máximo este viaje, porque recordé aquellas pesadas y muy agradables giras recorriendo las carreteras de México y de Estados Unidos en compañía de mis compañeros. Gocé mucho el paisaje entre Seattle y Yakima, las enormes montañas cubiertas de nieve y los bosques a pesar del cansancio por el viaje tan largo.
En esta función participaron grandes luchadores como Rey Misterio Jr., Jefe Hardy, Juventud Guerrera, Rey Fénix y un viejo y difícil rival: Psicosis, el original, también conocido como Nicho el Millonario. De hecho, fue uno de nuestros rivales a vencer junto con Juventud Guerrera, el júnior de Fuerza Guerrera. La lucha se pactó a una sola caída y les comparto con orgullo y sin apasionamientos que Santo Jr. mostró valor y agallas al sacar la casta para enfrentar a estos experimentados rivales, quienes intentaron por todos los medios humillar a mi hijo.
Él aún no había nacido cuando yo ya tenía tremendas batallas con Psicosis en aquellas grandes funciones de Toño Peña en la Ciudad de México.
Obviamente la rivalidad entre Psicosis y yo volvió a surgir. Yo no olvido que me arrebató el Campeonato Nacional de peso Welter en el año de 1993 en dos caídas al hilo; Nicho, por su parte, siempre recuerda aquel viernes 6 de abril de 2001 en el Auditorio de Tijuana, cuando lo dejé sin cabellera.
Ahora su objetivo, según sus palabras, es Santo Jr. En lo que respecta a Juventud Guerrera, él sabe de la gran rivalidad que siempre he tenido con su padre, Fuerza Guerrera, y lógicamente también mi hijo está entre sus objetivos.
La lucha dio inicio con un intercambio de llaves entre Juventud y Santo Jr., quien a pesar de su inexperiencia mostró su buena técnica con la que contrarrestó los ataques de Juvi.
Después fue el turno para mí y pude volver a enfrentar, después de muchos años, a Nicho. Más allá de sus múltiples lesiones continúa ágil e impetuoso sobre el ring, como cuando era un jovencito y quería comer de una mordida el mundo entero junto con Rey Misterio Jr., Heavy Metal, Juventud Guerrera, Winners y el Perrito Aguayo.
Finalmente, ante un cálido público en su mayoría norteamericano, y después de una candente batalla en donde hubo llaves, vuelos, castigos, golpes y una serie de suplex, logramos derrotarlos. Así acumulamos más rivales en la joven carrera de mi hijo; ojalá y yo hubiera tenido estas oportunidades de luchar junto con mi padre.
Ahora que cumpliré 34 años de carrera profesional, los celebraré con mi hijo en el ring el próximo domingo en la Arena Pepe Cisneros de la ciudad de Oaxaca, en donde tengo más de cuatro años de no presentarme.
Nos leemos la próxima semana , para que hablemos sin máscaras.