Nadie enseñó a cocinar a Don Juan Garnica, sus dones sobre la estufa los trae desde muy pequeño, como quien aprende a dar sus primeros pasos y después a correr.
En 'Gorditas Don Juan', no hay otro secreto que una dedicación llevada a los extremos, como si fuera un mantra, a fin de tener un alimento que supere todos los niveles de sabor y sensaciones.
A esta incitante mesa todos están invitados, el seductor menú está siempre listo para quien se atreva a transportarse un rato a la gloria, al edén de la comida.
Ese olor es una alerta: la masa suave, cociéndose sobre el comal, rellena de los antojos que a diario surgen, es cumplidora del deseo, ya sea en forma de gordita, tlacoyo o quesadilla.
El chicharrón prensado no es cualquiera, advierte don Juan, pues en 25 años ha perfeccionado junto con su esposa doña María Esperanza la receta que le dio fama.
También el requesón, el pollo, la carne, las rajas con crema, los champiñones, el picadillo y el quesillo, poseen su generosa dosis de buen sazón, misma que se corona con dos salsas —verde y roja— suculentas.
No pueden faltar los legendarios sopes, proveídos de unos frijoles que seguro no se prueban en ningún otro lado. Además, van al gusto, inventados al momento con los ingredientes que se soliciten.
Todos los días, este experto del comal, de 66 años, viaja desde Chimalhuacán, en el Estado de México, con su amabilidad y sonrisa a cuestas.
“Me siento feliz porque mucha gente se va contenta, le ha gustado mucho todo. No es por nada, pero vienen por mis gorditas y sopes. Gracias a Dios aquí estoy”, asegura.
Don Juan y doña María tienen a sus dos mejores herederas detrás de las parrillas: sus hijas, quienes les siguen los pasos, en su única sucursal.
¿Dónde?
Visítalos en calle Humboldt, esquina con avenida Juárez, colonia Centro, delegación Cuauhtémoc. De lunes a viernes, 08:00 a 16:00 horas. Haz tu pedido al número 044(55)45380899
