Por Claudia Lizaldi
Se habla de “nido vacío” cuando los hijos se han ido de casa, ¡uf!, no quiero imaginar ese día, ya lo sé, teniendo un hijo de cinco años y una bebé de 11 meses no haría sentido ni pensarlo, pero hoy para mi ese término está aplicando para otra “casa”, está aplicando para mi cuerpo…
¡Extraño mi panza! Veo mis fotos embarazada y me da tanta nostalgia, sí, adoro ya tener a mi bebé en mis brazos, adoro verla crecer cada día, pero no puedo dejar de pensar en que no me voy a volver a embarazar, para mi dos hijos es perfecto y extraño sentirla en mí, sus pataditas, esa conexión mágica en la que mis preguntas recibían respuesta, sí, Elah y yo teníamos nuestra propia forma de comunicarnos, todas las mamás y sus hijos la tienen, adoro verla cada día pero no puedo evitar ver fotos de mujeres embarazadas y suspirar… Es tan hermoso el embarazo, es una etapa DIVINA, pero en el estricto sentido espiritual de la palabra, de conexión divina con la fuente creadora.
Quisiera decirle a cada Mamá que lleva un bebé en el vientre que no corra, que goce cada segundo de su PANZA, que no se angustie por cada kilo extra, que no pretenda una mini panza, que abrace su momento único e irrepetible, las últimas semanas son clave en este gozo, tanta gente preguntando: ¡¿ya nació!?, visitas al doctor, la presión de los tiempos, todo en medio de los últimos días de esa etapa única y maravillosa, todo en medio de ese huracán de emociones.
Me acuerdo de mi última semana de embarazada ya quería que naciera, ya quería conocerla, cambió de signo, siempre pensé que sería Aries pero es Tauro, mi 'Torita Bella', me hizo esperar, y hoy lo agradezco, agradezco con el alma esos últimos días, días de jardín, de sol, de estar presente absolutamente para la vida, entregada a esa corriente de vida que utilizaba mi cuerpo transformándolo y transformándome a mí, a mi alma profunda y absolutamente.
Hoy extraño mi panza, tocarla, saber de la vida que cargaba, de mi propósito divino de ser madre, de cambiar de mundo, de abandonar ese mundo del YO para entrar a uno que abrazo y adoro, el mundo del NOSOTROS, sé que mi panza no volverá a crecer abultada llevando vida en mi vientre y se me llenan los ojos de lágrimas, estoy agradecida por esas dos panzas que llegaron a ser gigantes llevando vida, y comparto mi sentimiento porque sé que se pasará, pero no quiero olvidarlo, no quiero olvidar cuánto extrañé hoy estar embarazada.
Esperemos, gocemos del momento extraordinario de llevar vida, que la velocidad exterior no nos toque en este momento sagrado.
Esperemos, cada evento de nuestra vida es pasajero y después ya no será más igual, lo que sea que hoy estés pasando; pasará, te deseo que puedas gozarlo profundamente, exprimirlo, hacerlo tan tuyo que cuando lo extrañes tengas el consuelo de haberlo vivido intensa y absolutamente.
Hoy tengo ya a mis dos pequeños haciendo de mí la Mamá, la mujer que soy y que amo ser, no regreso el tiempo por nada, pero !ay, sí, hoy extraño mi enorme y bella panza creadora y adoro extrañarla!
Paz y paciencia, gozo en el hoy, de eso y mucho más te deseo HOY.
Claudia Lizaldi Mijares
AMANDO SE ENTIENDE LA GENTE
❤️
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