Nacido para delinquir

18/01/2014 03:00 Arturo Ortiz Mayén Actualizada 14:32
 

Con tres sentencias condenatorias en su contra, el reo Adán Gregorio González parece empeñado en continuar tras las rejas.

Apresado desde el 27 de julio de 2007 por un robo calificado, por el que fue sentenciado a 12 años y 3 meses de prisión, también acumuló otra sentencia por 6 años por otro robo, por el que ya había obtenido el beneficio de la libertad anticipada.

Además, a finales de 2010 compurgó otra pena de tres años por un delito federal, según se lee en su ficha de ingreso. Ahora, la Procuraduría capitalina ha consignado de nueva cuenta un expediente en  contra de este preso de 39 años y quien alguna vez tuvo su residencia en Ecatepec, estado de México.

Esta vez está acusado de extorsión agravada, delito por el que podría alcanzar penas más elevadas de las que ahora enfrenta. 

SE HACÍA PASAR POR ZETA

Según la investigación de la PGJDF, desde su celda en el Reclusorio Norte, Adán Gregorio hacía llamadas de extorsión. Algunos números los elegía al azar, pero otros se los entregaba Rocío, su pareja sentimental.

Estos últimos eran de conocidos o personas que sabían o creían tenían dinero.

Una de esas víctimas fue un integrante de una familia de joyeros del Centro Histórico, con los que su mujer había trabajado.

Luego de ponerse al tanto de su vida le marcó a su víctima. Apenas le respondieron inició su treta.

Dijo ser el comandante Javier Palma,  líder de los sicarios del cártel de Los Zetas que operan en la ciudad de México y le exigió una fuerte suma de dinero.

Aprovechando el miedo de su víctima, comenzó a darle datos sobre su familia, sus propiedades y los movimientos que solía hacer diariamente.

El preso amenazó al hombre con el que hablaba y no permitió que le colgara. Durante casi una hora lo insultó y amedrentó hasta que logró su objetivo.

 

NO SE CONFORMÓ

El hombre entregó los 100 mil pesos que le pidieron, pero el interno decidió seguir adelante y  llamó a la hermana de su víctima para repetir la operación.

Luego de ser amenazada, la mujer aceptó entregarle otros 2 mil pesos, pero antes de entregar el dinero llamó a la policía y pidió ayuda. 

Cuando se hacía la entrega del efectivo, policías de investigación detuvieron a las hermanas Rocío y María Zapata Castillo.

Al ser presentadas ante el Ministerio Público de la Fiscalía Antisecuestros, ambas confesaron que fueron enviadas por el reo Adán Gregorio González, quien era la pareja sentimental de Rocío. 

Las autoridades descubrieron que Rocío trabajó algún tiempo con la familia de joyeros  y así obtuvo la información, que luego le dio a su pareja para realizar la extorsión. Además admitió que también introducía listas de teléfonos de posibles víctimas para que su pareja hiciera llamadas al azar.

 

A principios de este año, la PGJDF formalizó la acusación contra Adán Gregorio, quien según las autoridades podría estar vinculado a decenas de extorsiones hechas desde prisión.

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