Juan de la Cruz Quintero Martínez, de actualmente 28 años, ya había trabajado en “Carnicasa” dos años atrás. Esta es un carnicería localizada en una zona de negocios en el fraccionamiento Las Américas, Ecatepec, Estado de México.
Juan trabajaba ahí de forma intermitente, a veces estaba, a veces no. Mariana Joselín, que en aquel entonces tenía unos 15 años, le comentó a su mamá:
—Mamá, me da miedo ese señor.
—¿Cuál señor?
—‘El Güero’. Me da miedo su mirada. Tiene una mirada muy fea, como de enfermo, de loco.
“Pero yo no podía ir a la policía y decir que a mi hija le da miedo su mirada”, narra la madre de Mariana Joselín Baltierra Valenzuela, asesinada el pasado 27 de julio de 2017. Los padres de Mariana piden que se omita su identidad, por temor a sufrir represalias.
En aquel entonces, no pasó de ahí y Juan de la Cruz dejó de trabajar en la carnicería, dejó de frecuentar el fraccionamiento y Mariana Joselín siguió con su vida: estudiaba la preparatoria, amaba los animales, pensaba en ser veterinaria. Tuvo un perrito maltés que se escapó, luego adoptó un chihuahua, que era su adoración. Tomó clases de baile y bachata, pensó en estudiar canto. A pesar de que cuando nació fue prematura y tuvo algunos problemas de salud en la primera infancia, era una muchacha feliz. Tenía un cuadro leve de epilepsia, pero fuera de que tomaba medicamento, estaba bien: una muchacha pequeña de estatura, delgada, alegre. Eso sí, tímida, apegada a su madre. Se enamoró, tuvo un novio de su edad y luego terminó con él.
Así estaban las cosas cuando, Juan de la Cruz, ya de unos 28 años, regresó a trabajar a la carnicería. Nadie en la colonia sabía que había pedido al dueño quedarse a dormir en el negocio, ya que, según la versión del joven, la tía con la que vivía allá, por Ciudad Azteca, le había pedido que buscara otro lugar.
Quizá Juan omitió decir que antes de eso, vivía con su madre y hermana en Jardines de Morelos, pero se fue debido a que, según versiones, había intentado matar a su madre. Nadie supo de esto, sino hasta después del feminicidio de Mariana, el 27 de julio de 2017.
Ese día, la mamá de Mariana le pidió que fuera a la tienda por huevo y jamón para el desayuno. Eran como las 9:30 de la mañana.
Mariana, ya con 18 años, salió, caminaría no más de 200 metros rumbo a la tienda. Pero comenzó a pasar el tiempo y no regresaba. Su madre fue a la tienda a preguntar: la joven sí había estado ahí, comprando el huevo y el jamón. Incluso, en las cámaras de la tienda aparecía. En ese momento, inmediatamente comenzó la búsqueda.
Se sabe lo que ocurrió después: al día siguiente, el cuerpo de Mariana fue hallado en la carnicería, con huellas de violación y con diversas puñaladas, las vísceras expuestas. Se encontraba a pasos de su casa.
El güero aún sigue prófugo. Libre. Hasta la fecha, nadie sabe dónde está. En agosto comenzó a circular un retrato hablado de él.
Juan de la Cruz Quintero Martínez tiene 28 años. Está mal de una pierna porque hace 6 meses tuvo un accidente (medio cojea, pero no es muy notorio).
Tiene muchos granitos, se ve como rojo por acné.
La Fiscalía General del Estado de México ofrece una recompensa de 500 mil pesos por él.