Cortan de tajo vida de María Trinidad Mathus
El penúltimo día de su vida María habló con tanta pasión de su futuro y del entusiasmo por conocer nuevos lugares, que Fernando Samalot, un fotógrafo puertorriqueño, casi pudo visualizar cada una de sus palabras. Trágicamente, nada de eso iba a pasar.
La madrugada del 5 de agosto, a las tres de la mañana, mientras María Trinidad Mathus caminaba por la playa de El Carmen, en Costa Rica, junto a su amiga británica, Nikki Moorhouse, dos hombres las abordaron para robar sus pertenencias y, en el forcejeo, uno de ellos tomó a María por la fuerza para llevarla al mar, amenazando con ahogarla. La británica, sostenida por el otro sujeto, logró librarse y correr a al hotel a pedir ayuda.
Cuando regresó al lugar, el cuerpo sin vida de Mar, cantante y compositora mexicana, y cuya carrera musical iba en despegue, flotaba sobre el agua. Mar —o Sirena, su nombre artístico— fue violada y asfixiada cerca de Santa Teresa de Cóbano, en Costa Rica. Ese era el primer país en el itinerario que visitaría sola, convirtiéndose en uno de los 370 casos de homicidios dolosos en lo que va del 2018 en ese país. Un feminicidio más.
FERNANDO CONOCE A SIRENA. “En un abrir y cerrar de ojos un monstruo llegó y le arrebató todos sus sueños”, comenta Fernando en su cuenta de Instagram (@fernandosamalot) donde posteó la fotografía con que entabló la primera conversación con Sirena.
Se conocieron en La Fortuna, cuando Samalot llegó a Costa Rica. Mar, llevaba ya una semana de viaje. La mañana del 2 de agosto decidió quedarse frente a una cascada. “La primera vez que la vi, estaba sentada en el río, observando la naturaleza, sola, en paz. Estaba tan conectada que me cautivó de inmediato. Le tomé una foto desprevenida y se la mostré”, comenta Fernando, en entrevista con El Gráfico.
Mar, su amiga Nikki y el grupo de amigos viajeros de Fernando pasaron el día juntos, bañándose en aguas termales, intercambiando historias e imágenes del trayecto. Ella le contó de su nuevo disco, de sus planes, de la emoción de viajar por el mundo.
“En la conversación surgió lo frágil que es la vida y lo rápido que todo puede cambiar. Jamás me hubiera imaginado que esas serían las últimas horas de la vida de Mar”. Al final de la noche, se despidieron.
Nikki y Mar se encaminarían hacia Santa Teresa, a cinco horas de La Fortuna y los demás seguirían su viaje en Alajuela. Se abrazaron, se desearon lo mejor pensando que en algún lugar y en algún otro momento volverían a verse, pero no fue así.
El último día de su vida, Mar posteó en su cuenta de Instagram la imagen con la que conoció a Fernando y al día hoy, los comentarios que la felicitan por su viaje y por “subir” a sus redes fotos tan artísticas y bellas publicados ése mismo día, se entremezclan con los mensajes de indignación y rechazo por su muerte desde que el mundo entero conoció su historia.
CONDENAS POR VIAJAR SOLA. Ahí mismo, también hay mensajes que reprueban el hecho de viajar sola y de “salir de la cocina donde las mujeres pertenecen”, en tono de burla.
El 6 de agosto, Walter Espinoza, director general del Organismo de Investigación Judicial de Costa Rica dio a conocer los nombres de los atacantes: Joel Hernán Esquivel Cerdas, reconocido por la testigo como presunto asesino de María Trinidad y Francisco Benavides Mendoza, conocido como “La Mantis”, con un historial delictivo por robo.
Minutos después del ataque, el primer sujeto fue aprehendido por vecinos, quienes lo golpearon y desnudaron para entregarlo a la Fuerza Pública. El otro hombre, fue detenido horas después.
JUSTICIA A PASO LENTO. Aunque su participación en los hechos es casi ineludible, fuentes oficiales de la Fiscalía, al 7 de agosto, dicen que el Juzgado Penal impuso prisión preventiva por tres meses al primero y liberó al segundo, sin medida cautelar por no existir elementos de prueba que lo ubiquen en el lugar de los hechos, ambos espera audiencia. Hasta ahora, los sospechosos han negado los cargos.