Por Irma Gallo.
Hace unos días, nuestra lectora Lidia García nos escribió diciéndonos que quería leer en esta columna acerca de la sexualidad y la responsabilidad de los adolescentes, así que nos pusimos a investigar para complacerla. Aquí va un poco de lo que encontramos:
CAMBIOS POR FUERA Y POR DENTRO. A la par de la aparición de los caracteres sexuales secundarios, como el crecimiento de los senos y el ensanchamiento de las caderas en las mujeres; y el aumento del tamaño del pene y los testículos en los hombres, se presentan una serie de cambios mentales y emocionales, los cuales tienen que ver con que el individuo está dejando la niñez y se está convirtiendo en un adulto.
En la página web healthychildren.org, se describe este momento de la vida así:
“En la adolescencia muchos jóvenes empiezan a darse cuenta de sus partes femeninas y masculinas. Una mirada, un roce o solamente el pensar en alguien, puede hacer que su corazón lata más rápido y producir una sensación de calidez o cosquilleo por todo el cuerpo”.
Esto quiere decir que la atracción sexual empieza a ocupar los pensamientos y las sensaciones de quienes hasta hace poco sólo pensaban en juguetes, futbol, videojuegos, muñecas o chatear con las amigas.
las preguntas más frecuentes que se hacen. Cuando l@s chic@s empiezan a sentir atracción sexual por otr@, es común que se pregunten:
—¿Cuándo puedo comenzar a tener citas?
—¿En qué momento está bien besar a un(a) chic@?
—¿Está bien masturbarse (estimular los genitales para obtener placer sexual)?
—¿Hasta dónde puedo llegar sexualmente con un(a) chic@?
—¿Cómo saber si estoy preparado(a) para tener relaciones sexuales?
—¿Tener relaciones sexuales con mi novi@ hará crecer nuestra relación?
—¿Si me atrae alguien del mismo sexo significa que soy gay o lesbiana?
—¿El sexo oral es realmente sexo?
Siempre las mamás y los papás (y también ayuda mucho que tengan la asesoría de un(a) terapeuta) serán quienes mejor podrán responder estas inquietudes. No tengan miedo, sólo háganlo sincera, abiertamente y con cariño.
Disfrutar de la sexualidad en pareja por primera vez debe ser un momento especial, único, significativo en la vida de nuestr@s hij@s, no un error que tengan que pagar el resto de sus vidas.
Por eso, lo más conveniente es educarlos en ejercerla con responsabilidad: no tener relaciones sexuales hasta no estar suficientemente madur@s para afrontar la experiencia, con todo lo que implica: involucrarse emocionalmente con alguien más y hacerse responsables de esa relación y de las consecuencias que pudiera tener.
Pero también en términos de salud existen riesgos que hay que tomar en cuenta si se decide tenerlas, para no hacerlo sin protección.
Según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2014, un 44.9% de las adolescentes de 15 a 19 años sexualmente activas, declaró no haber usado un método anticonceptivo durante su primera relación sexual.
Además de los embarazos, los riesgos de tener sexo sin protección incluyen contagiarse de enfermedades de transmisión sexual (ETS), desde herpes, gonorrea, clamidia, sífilis, hasta virus del papiloma humano (VPH) o virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) que puede desarrollarse hasta convertiste en SIDA.
De regalo
Como todas las semanas, tenemos un regalo para ti y tus hij@s. Sólo escríbeme y dime qué temas te gustaría que tratara en esta columna. Si tu correo es de los tres primeros en llegar ya ganaste un ejemplar de Descendientes. La isla de los perdidos, de Melissa de la Cruz, cortesía de Editorial Planeta México. ¡Sigue leyendo y participando!
Las cifras
83.9% DE LOS EGRESOS HOSPITALARIOS, en 2013 en mujeres de 15 a 19 años, se relacionaron con causas obstétricas (embarazo, parto y/o puerperio), según datos Inegi.
30.6% DE LAS MUJERES de 19 años, embarazadas, no recibieron cuidados prenatales, en el año 2014.
18.7% DE LAS ADOLESCENTES tuvieron un aborto en 2013.
(Foto: Archivo El Gráfico)
