Por Irma Gallo
Varios papás me han preguntado qué tan útil, positivo y necesario es que los niños tengan actividades fuera de la escuela, así que quiero compartirles mi experiencia y, si se convencen, recomendarles algunas que pueden resultar en un beneficio para el desarrollo de sus hijos.
Experiencias positivas. Desde que mi niña era pequeña (unos siete años en adelante) la metí a clases de distintas cosas por las tardes, aunque debo confesar que no nos fue muy bien: su temperamento es rebelde y nunca le ha gustado que le impongan cosas.
Primero fueron las clases de jazz: le encantaba la idea de que le pusieran la coreografía de Thriller, de Michael Jackson, pero no los abdominales ni los ejercicios de calentamiento previos. Fue durante un tiempo hasta que un día de plano ya no quiso. Esta experiencia fue positiva porque hizo ejercicio y aprendió a tener disciplina.
Luego fueron las clases de natación: le encantaron y asistió sin problema hasta que aprendió a nadar muy bien (hoy lo hace mejor que yo).
Esta experiencia fue positiva porque ahora está preparada para una eventualidad en el agua, y puedo estar tranquila de que no se ahogará.
Ayudan al desarrollo. Las actividades extraescolares bien elegidas pueden ayudar mucho al desarrollo del niño. Por lo pronto son muy buenas para despegarlo de la tableta, celular o juego electrónico al que se pase pegado todo el día.
Además, las actividades extras tienen otras ventajas. Por ejemplo: tocar un instrumento le dará metodología, disciplina, sentido del ritmo; dibujo o pintura ayudarán a su coordinación motriz fina; baile, natación, futbol o cualquier otro deporte mejorarán su condición física y su coordinación.
Los contras
¿Cuándo puede no resultar positiva una actividad extraescolar?
Cuando se le impone al niño algo que no le gusta, sólo porque los padres lo deseamos.
Cuando no va bien en calificaciones en la escuela y la actividad lo va a distraer más.
Cuando el lugar en donde se imparte no cumple con los requerimientos de protección civil en cuanto a seguridad (salidas de emergencia, extintores) o los niños no tienen la vigilancia adecuada, o los padres no pueden ver dónde trabajan.
Cuando contradice los métodos que están usando en la escuela para su aprendizaje. Por ejemplo, clases extraescolares de matemáticas que puedan confundir más que ayudar a los niños.
Recomendaciones
Si ya te convenciste de que tu hijo necesita una actividad extraescolar, te recomiendo que vayas al Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM, ubicado en el antiguo edificio de Relaciones Exteriores, en donde hay talleres de cartonería, violín, piano y hacklab, que es un curso para aprender a programar computadoras. En este link encontrarás más información: http://www.tlatelolco.unam.mx/tallers/category/talleres_ninos/
En La Matatena, Asociación de Cine Para Niños y Niñas A.C., encontrarás talleres de animación cuadro por cuadro, animación con plastilina, documental y ficción. ¿Cómo sabes si tu hijo no será el próximo Alejandro González Iñárritu? La información completa está en: http://www.lamatatena.org/talleres.html
Finalmente, en La Nana, Fábrica de Creación e Innovación el Consorcio Internacional Arte y escuela dirigido por Lucina Jiménez ofrece talleres de danza, circo, artes plásticas y artesanías a muy bajo costo, así como una sala de lectura con préstamo a domicilio. Infórmate más aquí: http://www.conarte.mx/programas/la-nana-fábrica-de-creación-e-innovación/
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