Por Irma Gallo
Cuando mi hija era pequeña (tendrá unos tres años), mucha gente me decía: “¿Y para cuándo el otro?” o “¿no le piensas dar un hermanito?”, con un tono que parecía más de exigencia que de pregunta.
Desde el principio decidí que Camila iba a ser hija única, aunque su papá lo dudó un poco, terminó por estar de acuerdo. Pensé que con el tipo de trabajo que tengo (soy reportera y por lo tanto no tengo horarios establecidos y viajo con frecuencia) sería más complicado criar a más hijos.
Por otro lado, estaba el factor económico: ni el papá de mi niña ni yo ganábamos lo suficiente para mantener bien (lo que yo entiendo por bien) a más de una hija.
Pero esta vez quiero hablarles más allá de mi experiencia, así que me puse a investigar los pros y los contras de tener un hijo único.
Esta columna va dedicada a ustedes que todavía no han tomado una decisión al respecto. Ojalá les aporte un poco de luz.
Ventajas
Gastas menos y toda tu atención y tus cuidados son para él o ella.
Tu hijo crece con menos ansiedad porque no tiene que competir con nadie por la atención de sus padres.
Como juega solo durante largos periodos, aprende a ser más creativo y desarrolla al máximo su imaginación.
Si sabes encauzarlo será más independiente y seguro de sí mismo que un niño que tiene hermanos porque estará consciente de que es un individuo único, con sus respectivos defectos y cualidades.
Desventajas
Si le enseñas que no hay nada más importante en el mundo que él, lo convertirás en un ser egoísta y desconsiderado con los demás. Esto depende mucho de cómo lo eduques.
Si convive con adultos la mayor parte del tiempo puede resultarle difícil socializar con sus pares, por eso es muy importante que lo inscribas en una guardería y que fomentes el trato con sus primos y/o vecinos de todas las edades, pero sobre todo, los de edades cercanas a la suya.
Si lo presionas para que sea “el mejor” en esto o el otro, o saque siempre las mejores calificaciones porque tu atención está al 100% en él, probablemente conseguirás el resultado opuesto. Enséñale que lo importante es hacer las cosas con interés y con pasión y sólo así saldrán bien.
Piensa que cuando tú y su padre (o madre) falten, ya no tendrá una relación tan estrecha, con alguien de su propia sangre, como si hubiera tenido un hermano.
¿Qué nos toca como padres?
Debemos procurar tomar la decisión que mejor se adapte a nuestras circunstancias (estabilidad económica y laboral, planes de estudio, estado de salud), sin dejarnos llevar por presiones de familiares y amigos, y con el convencimiento de que no es sólo nuestra vida la que vamos a afectar, sino también la de ese ser (o seres) que, por lo menos durante los primeros 18 años de su existencia dependerán enteramente de nosotros.
Hagan un plan de vida. Sé que esto puede no resultar como uno lo diseñó por muchos factores externos, como un accidente grave o una enfermedad incapacitante, o quizá la oportunidad de trabajar o estudiar en otro país, pero intenten anotar todo lo que ahora tienen, además de sus ingresos y egresos, y lo que desean para el futuro, sus metas y cómo piensan alcanzarlas. Esta herramienta les será muy útil para tomar la mejor decisión.
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