Por Irma Gallo
No importa la edad que tengan nuestros hijos, mamás y papás, ni la que tengamos nosotros, siempre es necesario mantener una buena comunicación con ellos. Esto es básico para que se desarrollen como adultos seguros de sí mismos, y por lo tanto, felices.
Ya sé que me van a decir que a veces no es fácil: por ejemplo, con los adolescentes. Lo sé porque a mí me está costando trabajo también. Por eso, me puse a leer sobre este tema y encontré que lo mejor es establecer la buena comunicación desde que son pequeños.
Para que te escuchen aprende a escucharlos
Muchas veces llegamos cansados o estamos preocupados porque el dinero no alcanza o lo que sea. Y resulta que esa tarde es justo cuando nuestro hijo (a) decide que tiene algo muy importante que contarnos.
Bueno, pues ni modo. Ya habrá otro momento para descansar. Así que, prepárate para ponerle atención:
1. Míralo a los ojos y mantenle la mirada todo el tiempo, para que vea que lo estás atendiendo.
2. ¡Fuera celular, televisión, revista, libro o lo que te pueda distraer! Esos minutos son para escucharlo.
3. En el momento en el que él haga una pausa, hazle preguntas relacionadas con lo que te está contando; no lo interrumpas nada más porque sí. Eso dañará su autoestima porque considerará que lo que dice no es lo suficientemente importante como para ser escuchado.
4. Al final, hazle un pequeño resumen de lo que te contó, con tus propias palabras, para que vea que lo escuchaste con atención.
Si tú y tu pareja, o cualquier otro adulto que vive en la casa, no se escuchan con atención, no pienses que tu hijo lo hará contigo.
Aquí aplica “predicar con el ejemplo”: si los adultos de la casa acostumbran a hablarse a gritos, o uno “escucha” al otro mientras manipula el celular, o con la televisión de fondo musical, olvídate de que tu hijo intente otro tipo de comunicación. No te extrañe que cuando te acerques te responda de la misma manera.
Evita la comunicación negativa
Kristin Zolten y Nicholas Long, del departamento de Pediatría de la Universidad de Arkansas (http://parenting-ed.org/Spanish-Handouts/Early-Childhood-Handouts/Genera...), recomiendan evitar los sermones, es decir, si algo ha hecho mal, díselo una vez, pero no lo repitas al infinito porque entonces pierde toda efectividad y lo más seguro es que ya no te escuchen.
También señalan que los chantajes deben quedar fuera de todo intento por corregir una conducta negativa, lo mismo que los sarcasmos, las mentiras, las amenazas y las burlas. En pocas palabras, si quieres que te respeten, respétalos tú primero.
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