Cuando les dije a mis hijos que saldríamos de vacaciones gritaron de emoción y saltaron de alegría. Así, comenzaron los preparativos. Cuando, al siguiente día, les dije que íbamos a poner algunas reglas para el uso de los dispositivos móviles, se mostraron inquietos.
Después de todo, se trataba del teléfono inteligente, la tableta y la lap-top, electrónicos que satisfacen su insaciable apetito de conexión y entretenimiento”, me cuenta Gloria, una mamá de tres pequeños.
“Cuando supieron cuáles eran las reglas, entraron en una combinación de pánico, indignación y rechazo. Pensaron ‘se volvió loca’. Les expliqué mi deseo de tener más interacción entre nosotros y que la tecnología lo impedía. Soy de esas mamás que crecieron sin tanto dispositivo a la mano, por eso quise compartir con ellos un poco de la experiencia de mi niñez”, dice Gloria con un brillo de nostalgia en su mirada.
Y continúa: “Además, está bien que nuestros hijos tengan mayor contacto con su entorno, sobre todo en las vacaciones. Estamos tan ‘conectados’ a una pantalla, que muchas veces nos perdemos de disfrutar lo que tenemos enfrente. No estoy en contra de la tecnología, pues nos facilita la vida. Pero podemos ayudar a los hijos a equilibrar la vida en las redes sociales con la vida real”.
Menos tecnología, más presencia. Desconectarse un poco de las pantallas y los sonidos digitales, por lo menos en vacaciones, contribuye a la unión familiar. No se trata de privarlos por completo de los dispositivos, sino moderar su uso. Estas son algunas de las reglas que Gloria y otros padres han implementado para que sus hijos no se conviertan en zombies de la tecnología durante las vacaciones:
Permitir los dispositivos, pero con límites. Decide o decidan juntos, padres e hijos, cuándo y cuánto tiempo pueden usar su teléfono o tableta. Habrá tiempos “muertos”, por ejemplo, cuando todos los demás están tomando una siesta, para conectarse. En estos momentos pueden chatear con sus amigos o mantenerlos al tanto de sus vacaciones. Aplica la regla: “Teléfonos sólo para tomar fotos, no para textear”.
Sin tecnología durante el día. Usen el teléfono o la tableta por la noche, después de haber paseado y disfrutado del lugar. El día lo pueden dedicar a jugar, descubrir nuevos lugares, explorar, estar con la familia, conocer a parientes, hacer amigos. Al volver a su recámara, en la noche, pueden usar sus dispositivos y ponerse al día con amigos y otras personas queridas.
Música sin audífonos. Al viajar en auto o estar un área común, como la sala, en familia, escuchen la misma música. Seguramente pensarás: “¡¿Qué?! ¿Escuchar la música infernal o con letras sin sentido que le gusta a mis hijos?”. Y probablemente ellos piensan lo mismo acerca de tu música. Sin embargo, si cada uno elige una canción para escuchar, todos tienen la oportunidad de compartir sus gustos. Es una buena forma de conocer a tus hijos y tener una mayor conexión con ellos. Quizás al final pueden todos cantar alguna de las canciones y divertirse juntos.
Jugar “a la antigüita”. En lugar de conectarse cada uno a su tableta o teléfono, integra juegos de mesa de los que son cada día menos populares, pero que pueden resultar muy divertidos. Algunos de ellos son: Serpientes y Escaleras, Uno, Turista Mundial, ajedrez,Damas Chinas. Enséñales a jugar y hagan de la competencia algo divertido. Aquí se aplica la regla: “Teléfonos apagados mientras jugamos”.
Recuerda: la idea de desconectarse durante las vacaciones no sólo se aplica a tus hijos, también a ti. Respeta las reglas y enseña con el ejemplo.