Cada vez hay más adolescentes que se lastiman intencionalmente con pequeñas cortadas en las piernas, brazos, antebrazos, muñecas, tobillos e ingles. Padres y maestros necesitan conocer la práctica del cutting (cortarse) para identificar a quien se autolesiona y acerarlo a la ayuda psicológica para dejar atrás esta conducta.
No es un intento de suicidio, aunque podría parecerlo. Pero sí puede ser una puerta hacia una conducta suicida o un accidente por cortar demasiado profundo. Al igual que las amenazas de suicidio, el cutting no se debe tomar a la ligera. No es sólo búsqueda de atención, como algunos padres piensan. Cada herida es un grito de ayuda ante el sufrimiento.
¿En qué consiste el cutting (cortarse)?
Es una forma de causarse daño mediante heridas provocadas por cortadas hechas con navajas y otros objetos cortantes.
Las cortadas suelen ser líneas rectas paralelas. A veces con las cortadas, la adolescente forma palabras: “tonta” si tiene problemas de aprovechamiento en la escuela; “gorda” si tiene una imagen negativa de su cuerpo.
Es una forma de calmar el dolor emocional, una estrategia para afrontar emociones como el enojo, la tristeza, la frustración, la humillación, la vergüenza o la culpa. La chica considera el dolor físico más soportable que el emocional.
Algunas adolescentes se cortan para calmarse. Al cortarse, el cerebro produce endorfinas, sustancias que proporcionan alivio y bienestar.
Es una manera impulsiva de lidiar con problemas en casa o en la vida de la adolescente; así escapa de emociones difíciles de manejar.
Para algunas, es una forma de imponerse un castigo, por ejemplo, por no cumplir con las expectativas de sus padres o las propias.
Es una conducta adictiva que puede durar años; para algunas es imposible de detener.
Como si fuera una droga, la joven necesita cada vez más cortadas para tener alivio emocional. Y recurre a cortarse ante menores provocaciones.
Cortarse le da a la chica una sensación de control: controla cuándo cortarse, la profundidad de la herida y cuánto tiempo durará el dolor, pues es ella quien limpia o cubre la herida.
¿Quién tiende a autolesionarse? Chicas (aunque también se da entre los varones) a partir de los 14 años.
Jóvenes perfeccionistas, sobresalientes, con un alto desempeño escolar, exigentes consigo mismas.
Adolescentes sensibles que, en una reacción impulsiva, por ejemplo ante el rompimiento de una relación, recurren a lastimarse para evitar el dolor emocional.
Chicas que viven en un ambiente en el que se niegan los sentimientos, no se habla de las emociones ni se expresan.
Adolescentes con tendencia a la depresión o ansiedad, o les cuesta manejar el estrés.
Chicas con baja autoestima y dificultad para poner límites o defenderse de las agresiones de compañeros o familia.
Adolescentes con trastornos de la alimentación: anorexia, bulimia u obesidad.
Jóvenes que han sido objeto de abuso físico, sexual o verbal por parte de maestros, familiares o compañeros.
Seguidoras de la cultura gótica, dark o emo, atraídas por la muerte y lo oscuro.
Adolescentes curiosos en busca de experiencias.
Sígueme en facebook.com/vjimenez67