Un síndrome es un conjunto de síntomas y signos que experimenta una persona y que describen comportamientos típicos de una alteración médica o psicológica. El síndrome post-aborto (no reconocido oficialmente como un padecimiento médico) se refiere a los efectos psicológicos y emocionales resultado de un aborto. Como cualquier otro evento traumático, la interrupción del embarazo genera mucho estrés y depresión.
Abortar no es una decisión fácil y la interrupción del embarazo no siempre es voluntaria. Igual que sucede con la depresión post-parto o el síndrome pre-menstrual, no todas las mujeres reaccionan de la misma manera ante una vivencia tan difícil. Algunas mujeres experimentan los siguientes síntomas:
Emociones como culpa, tristeza, sensación de pérdida y enojo.
Sensación de urgencia por reemplazar el bebé perdido, aun cuando las circunstancias que la llevaron a interrumpir el embarazo sigan estando presentes o aun si es lo más conveniente dadas sus condiciones de salud.
Alejamiento emocional de los hijos o dificultad para relacionarse con la pareja, la familia y los amigos.
Inhabilidad para cumplir con la rutina normal.
Depresión: llanto repentino, aumento o pérdida del apetito, problemas para dormir o demasiado sueño, apatía, pesimismo, entre otros síntomas.
Sueños perturbadores o pesadillas.
Recuerdos repentinos con los que revive la intensidad emocional de la experiencia.
Dificultad para convivir con bebés o mujeres embarazadas. Su presencia le provoca demasiado estrés.
Ansiedad, ataques de pánico; aparición o intensificación de fobias u obsesiones.
Preocupación por llegar a tener problemas de infertilidad en el futuro.
La mayoría de las mujeres pasan por distintas fases durante el duelo y la recuperación:
Negación y letargo. La mujer tiene la sensación de haber estado en la clínica o de haber pasado por el procedimiento como en un sueño, como si no fuera ella misma.
Toma de conciencia gradual. Poco a poco tiene sentimientos de tristeza o incomodidad al pensar en la interrupción del embarazo. Es común que en esta etapa, la mujer se sienta irritable y que le molesten sonidos, lugares o personas con las que asocia el aborto.
3. Conciencia total. La mujer experimenta rabia, seguida de tristeza profunda, depresión, dolor y el deseo de castigarse mediante el recuerdo repetitivo de lo vivido. La depresión se ha instalado.
Ira. Dirige su rabia hacia la pareja, ella misma, la familia de origen, quienes la presionaron para hacerlo, quien se lo reprocha o las circunstancias que la llevaron a la interrupción.
5. Depresión y desesperanza. Le cuesta salir de la cama y llevar a cabo las actividades cotidianas. No tiene esperanza en el futuro ni razón para continuar. Esta etapa es peligrosa, pueden surgir ideas suicidas.
Etapa inicial de resolución. La mujer enfrenta directamente el hecho, se da cuenta que tiene que resolver sus sentimientos acerca del aborto, pues la están afectando en diferentes aspectos de su vida. Es común que en esta fase busque ayuda de un profesional o en un programa de apoyo post-aborto. Hay muchos sentimientos encontrados, pero también hay esperanza de que llegará a aceptar la pérdida.
Etapa de perdón. Logra perdonarse a sí misma, a la gente con la que está enojada. Consigue nombrar al bebé y pedirle perdón.
8. Reencuentro con la paz. Recupera la paz con sus sentimientos mezclados y llega a un entendimiento profundo y aceptación con respeto a la pérdida del bebé.
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