Quizás en más de una ocasión has pensado “hoy me levanté con el pie izquierdo”. O tal vez sientes que andas que “no te calienta ni el sol”. Ni tú ni nadie es inmune al mal humor.
Todos lo hemos sentido. La pregunta es ¿podemos salir de ese estado negativo? Sí, a continuación encontrarás tres alternativas para dejar atrás el fastidio.
¿Qué es lo que realmente te molesta? A veces nos sentimos irritables o con el ánimo bajo pero no sabemos bien por qué. En algún momento del día o de la semana sucedió algo que nos hizo sentir molestos y vamos cargando esa molestia sin ser conscientes de ello.
Identificar qué nos provoca frustración, desesperanza o angustia es ya una manera de manejar el mal humor. Para lograrlo, siéntate unos momentos en silencio, cierra tus ojos, toma unas tres respiraciones profundas. Repasa lo vivido durante el día o la semana.
Observa cómo reacciona tu cuerpo, qué sensaciones surgen. Así descubrirás lo que realmente te inquieta y te lleva a ese estado de ánimo negativo. También puedes preguntarle a tu cuerpo y tus sensaciones qué necesitan. En este estado de calma, la respuesta vendrá a tu mente con facilidad.
¿Estás evitando hacer o decir algo?. No es raro que nos “traguemos” las emociones vividas en ciertas situaciones. Por ejemplo, después de una discusión con tu pareja o tu jefe, o bien, tras escuchar un comentario molesto hecho por tu sobrino y preferiste quedarte callad@. Estas emociones no expresadas se mantienen latentes y nos quitan energía mental y física. ¿Por qué es así? Porque tu mente y tu cuerpo necesitan invertir energía para mantener tus impulsos bajo control y evitar que explotes. La iritabilidad y el mal humor pueden ser una manifestación de esos sentimientos no canalizados.
¿Cómo te puedes liberar del mal humor en este caso? Hablando con la persona cuya acción te causó molestia. La palabra tiene un enorme poder liberador. Si lo haces en el momento y la forma adecuados, tendrás un gran beneficio: liberación y serenidad. Al final, no importa cómo reciba el otro lo que le comunicas. A veces será receptivo y otras no. Concéntrate en el beneficio que expresarte te trae a ti.
Crea sensaciones más positivas. La respiración lenta y pausada puede ayudarte a crear sensaciones de paz y armonía.
Contribuye a la claridad mental, estabilidad emocional y toma de decisiones. Y es muy fácil de poner en práctica. Inhala en tres y exhala en seis segundos. Al inhalar acelaras levemente el ritmo de tu corazón y al exhalar lo reduces. Así, tu cuerpo y tu sistema nervioso logran equilibrarse.
Habiendo respirado de esta manera entre cinco y diez veces, enfócate en una persona, un lugar o algo muy preciado. Pon especial atención a las sensaciones y emociones que surgen.
Es una forma de recordar lo que sientes cuando estás en compañía de esa persona, en ese lugar o en una situación agradable. Permanece por unos segundos más en contacto con las sensaciones agradables. Ahora estás list@ para enfrentar el mundo de una manera distinta. Sígueme en facebook.com/vjimenez67