¡Auxilio: mis hijos no pueden vivir sin mí!

13/10/2015 03:00 Víctor Jiménez Actualizada 15:30
 

Practica la separación. Aléjate del niño por periodos cortos, permítele jugar solo, pero échale un ojo de vez en cuando. Deja al niño con otras personas (abuelos o tíos). Así se acostumbra a la idea de que puedes alejarte, pero que siempre volverás a él. Llega el momento en que entiende que nada malo ocurre con la separación. Al descubrir esto, el niño tendrá más confianza al separarse de ti. 

Escoge el momento adecuado. Los niños más pequeños sufren más con la separación cuando están cansados o tienen hambre. Trata de dejarlos comidos y bien dormidos antes de retirarte. Si para la escuela tu hija se separa más fácilmente de ti que de su papá, sé tú quien la deje en la escuela, sobre todo los primeros días. 

Haz del retiro una experiencia agradable. Hazlo por medio de un ritual, es decir, una acción agradable que siempre haces antes de dejarlo, por ejemplo, darle un abrazo y un beso de despedida, decirle “te quiero y pronto nos veremos”, pedirle que se despida de ti desde la ventana o entregarle su muñeco de peluche favorito antes de partir. 

Retírate sin hacer ningún escándalo. Dile a tu hijo que vas a salir y que luego regresas. Evita mostrar cualquier signo de dolor o ansiedad por dejarlo. Los padres pueden transmitir su propio temor a los menores. Los hijos de padres aprehensivos tienen mayor dificultad para aceptar la separación.  

Nunca cedas. Hazle saber a tu hijo que va a estar bien y que tú vas a estar bien. El niño puede tener fantasías de que algo malo te podría pasar estando alejado de él. Dejar de hacer tus actividades para que tu hijo no sufra por la separación es una pésima idea que no ayuda a nadie. La separación puede ser dolorosa para ambos, pero detente a pensar: la mayoría de los adultos la superamos sin ningún trauma o herida irremediable. 

Motívalo a socializar. Invítalo a participar en actividades con otros niños, de preferencia en juegos colectivos con actividad física. En su afán de protegerlos, algunos padres hacen a sus hijos huraños y tímidos.  

Recompénsalo. Reconoce cada vez que tu hijo se mantenga tranquilo cuando te alejas. Dile que te da mucho gusto que confíe en que todo va a estar bien y que tú vas a regresar en algún momento. 

Cuida lo que miras en televisión. Los programas que inducen miedo podrían crear fantasías atemorizantes en el niño. Evita ver este tipo de programas cuando tu hijo esté contigo. Tú también evita ver programas relacionados con la desaparición y el maltrato de menores. No necesitas alimentar estas fantasías. 

Checa tus niveles de estrés. Recuerda, el estrés se contagia. Cuando estás bajo tensión, es más probable que te sientas ansioso por alejarte de tus hijos. Si ven que mantienes la calma, ellos también lo harán. Para tener bajos tus niveles de estrés, come cosas saludables, haz ejercicio, duerme lo suficiente, habla con amigos de tus sentimientos e integra humor a tu vida. 

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