Cuando personas queridas toman decisiones equivocadas, caen en el abuso del alcohol u otras drogas o se endeudan continuamente, surge en nosotros el deseo de ayudarles. Y es natural, pues los queremos. Sin embargo, con mucha facilidad podríamos convertirnos en rescatadores de quienes insisten en hacerse daño mediante su conducta.
Si tienes esta tendencia al rescate, puedes aprender a desprenderte emocionalmente.
Esto no significa abandonarlos a su propia suerte ni dejar de amarlos. Sólo se trata de distanciarte y poner un límite a lo que haces por ellos para no engancharte ni dejarte arrastrar por sus conductas dañinas. Y puedes hacerlo con amor, con respeto y amabilidad. Aquí hay algunas palabras de quienes lo han logrado.
Desprenderte emocionalmente del otro significa que te importa tanto, que le permites aprender de sus errores.
“He aprendido que la frustración es a menudo el primer paso de un proceso que a la larga trae buenos resultados.
‘Nadie experimenta en cabeza ajena’, todos debemos enfrentar las consecuencias de nuestras decisiones para aprender”. Roberto.
Desprenderte emocionalmente del otro significa dejar que enfrente las consecuencias naturales de su conducta.
“Yo solía sobreproteger a mi esposo: si había bebido demasiado, les mentía a los niños, les decía que no había ido a trabajar porque estaba enfermo. No todos aprenden ‘por la buena’, necesitan enfrentar los resultados de sus acciones”. Lety.
Desprenderte emocionalmente de alguien significa no hacer por él lo que es capaz de hacer por sí mismo.
“Sabes, ahora comprendo que cada vez que le resuelvo los problemas a mi hermana, por ejemplo sus deudas, la estoy tratando como a una inútil, incapaz de encontrar solución o aprender a regular su tendencia a endeudarse”. Sonia.
Desprenderte emocionalmente del otro significa abandonar todo intento de cambiar o “componer” sus conductas destructivas o dañinas.
“¿Por qué estaba tan convencida de saber qué era lo mejor para mi hermano? Finalmente lo comprendí: no me corresponde ‘componerlo’. Cada quien sabe lo que es mejor para su vida. Me duele ver cómo se hace daño, pero le ofrecí ayuda tantas veces, sin respuesta de su parte, que ya no puedo ni quiero hacer más por él”. Eduardo.
Desprenderte emocionalmente del otro implica aprender a distinguir entre el tipo y la cantidad de ayuda apropiados.
“He tenido que aprender a no salir al rescate de las personas cercanas que me exponen sus problemas. Era así, me ofrecía a prestar dinero, aunque no me lo pidieran. Ahora lo sé, era una forma de hacer que dependieran de mí. He dejado de ser una salvadora. A veces la mejor forma de ayudar es no ayudando, o ayudando lo mínimo necesario para que el otro utilice sus recursos y salga adelante por sus propios medios”. Luisa.
Desprenderte emocionalmente del otro significa aceptar que no puedes vivir su vida.
Cada quien vive su propia vida. “Esto es lo que le dije a mi hija: Me importas, te quiero, pero reconozco que debes tomar tus propias decisiones en la vida. Puedo amarte, pero no puedo vivir tu vida por ti. Puedo señalarte la dirección correcta, pero no te puedo empujar para que sigas ese camino”. Sara.
Desprenderte emocionalmente del otro significa confiar en que tiene la fuerza interna y la inteligencia para manejar las situaciones que enfrenta.
“Ahora, cuando mi hijo se mete en un problema, escucho, en lugar de ofrecerle un consejo que ni siquiera me está pidiendo.
Me tomo un tiempo para pensar, en vez de actuar de manera precipitada.
Con frecuencia me repito: piensa, escucha y aprende. Confío en que él está lo suficientemente grande para resolver sus problemas”. Antonio.