“¡Anímate!”. Decimos esto a la ligera, ¡como si fuera tan sencillo! o ¡como si la persona hubiera elegido estar deprimida! Una de las características de la depresión es la falta de energía, a veces hasta para levantarse por la mañana. La persona no puede motivarse a sí misma y no sirve que la “empujes” a sentirse mejor. Le es imposible. ¿Qué hacer para ayudarla? Acércala a un médico. Hazle una cita y acompáñala.
“Hay gente que sufre más que tú”. Esto podría servir a quien está triste, pero no deprimido. La persona triste aún tiene la capacidad de ver lo positivo de las cosas. Pero quien está deprimido no le ayuda en nada. El mensaje simplemente no le llega debido a su tendencia al pesimismo. ¿Qué sí le ayuda? Decirle que con un tratamiento puede estar mejor y hacerle ver que estás a su lado para apoyarla.
“La vida es dura y tienes que seguir adelante”. Lejos de ayudar, esta idea hace sentir aún peor a la persona deprimida. Tu intención puede ser buena, pero el deprimido no necesita escuchar: “Lucha porque las cosas no son fáciles”. Apoyado en su apatía y pesimismo, él ya se repite constantemente: “El mundo es un lugar difícil”. ¿Cómo ayudarlo? Muéstrale tu deseo de acompañarlo en el proceso de curación. Mantente en contacto con él por teléfono o mensajes para mostrarle que te importa y estás ahí para apoyarlo.
“Eres demasiado sensible”. Escuchar esto seguramente hará que la persona con depresión se sienta aún peor: “Yo tengo la culpa por tener esta personalidad. Debería ser más fuerte”. Y no se trata de fortaleza, sino de una reacción emocional a un trauma o una pérdida, o bien, un cambio en las sustancias bioquímicas en el cerebro. ¿Cuál es una mejor opción de ayuda? Acompáñala a dar un paseo y piensa en otras actividades que podrían hacer juntos. Permítele que llore sobre tu hombro y sólo dile: “Aquí estoy”.
“Tienes muchas cosas que agradecer”. Lo que menos quiere la persona deprimida es escuchar acerca de la gratitud. Es más, la apatía y el pensamiento negativo le impiden siquiera considerar la posibilidad de agradecer lo que tiene. Su principal preocupación es no poder salir de ese estado de ánimo pesado y oscuro. ¿Cómo ayudarla? Hazle saber que los tratamientos, medicamentos y/o terapia, son efectivos. Muchas personas le ganan la batalla a la depresión con un buen tratamiento. Transmítele tu convicción de que su estado depresivo es transitorio.
“Llámame si te sientes mal”. Difícilmente recibirás esa llamada. Una persona deprimida tienden a aislarse, no busca ayuda. ¿Qué es aconsejable? Llamarle tú mismo. Acércate a tu amiga y muéstrale que te importa, que puede recargarse en ti. Habla con ella y escúchala. Asegúrate de integrar a la conversación temas estimulantes para distraerla de su malestar y sus ideas pesimistas. Si tu intención es ayudar a un amigo o familiar deprimido, lee y aprende acerca de la depresión, sus síntomas y causas. También podrías ayudarle a encontrar un grupo de apoyo para personas deprimidas. Y, sobre todo, acompáñalo, pasa tiempo con él y ayúdalo a hacer algunas actividades mientras se recupera y puede hacerlas de forma independiente.
