Niños que golpean a otros niños. Niñas que golpean son groseras con los adultos. Niños que rompen cosas en una casa ajena. Cuando esto sucede, muchos padres, por vergüenza, obligan a sus hijos a disculparse, pues quieren hijos bien educados, respetuosos y responsables. He aquí lo que algunos expertos en crianza y educación infantil piensan respecto a forzar una disculpa por parte de los niños.
Sensibilidad y empatía.
— Enfócate en el efecto de su comportamiento. Cuando obligas a los niños a ofrecer una disculpa, ellos lo pueden sentir como sumisión o humillación en lugar de un intento de reconciliación. Al enfocarse en la vergüenza y humillación, difícilmente comprenderán cómo afecta a otras personas su comportamiento.
— Ayuda a que tus hijos se sensibilicen y comprendan cómo afecta su comportamiento a los demás. Cuando se sensibilizan, muchos niños toman la iniciativa de expresar su arrepentimiento, sin necesidad de forzarlos.
—Si se comportan mal con otra persona, da a los niños un tiempo a solas para pensar sobre su conducta, de qué manera afectaron al otro y qué podrían haber hecho diferente para evitar el error. Después, amablemente aborda estos temas con ellos.
— Evita usar una disculpa como castigo. Más bien esta acción debe tener como objetivo mantener una buena relación con los demás.
Dr. Steven Stosny (terapeuta y autor reconocido)
Expresión sincera de emociones
— Invita a los niños a que se disculpen, pero no los fuerces.
—Asegúrate de que la disculpa sea sincera. Si obligas a tu hijo a pedir una disculpa, ésta no será sincera. Y lo más probable es que el niño no se beneficie de esta acción, a menos que entienda cómo afectó a otros y la importancia de evitar esa conducta.
—Recuerda, los niños aprenden por imitación. En lugar de forzar a los niños a pedir perdón, sé un buen modelo para tus hijos. Ofrece disculpas sinceras frente a ellos: “Discúlpame. No sé por qué mi hijo te jaló el cabello”.
Dr. Howard J. Bennett (pediatra y autor)
Observa y aprende de ellos
—Admite otras formas de enmendar las cosas. Los niños tienen sus propias formas de hacerlo. Para que una disculpa sea sincera, no es necesario usar estas palabras: “Lo siento”, “Discúlpame” o “¿Me perdonas?”. Una sonrisa o ayudar a la niña que empujó y cayó podría ser su forma de arreglar las cosas.
—Observa las formas auténticas y sentidas en que tus hijos dicen “lo siento”. Éstas tienden a ser espontáneas (una sonrisa, un fuerte abrazo, la oferta de prestarte su juguete favorito) y, a menudo, no involucran muchas palabras.
—No te apresures a pedirle a tu hijo que se disculpe. Es importante primero escuchar con apertura y curiosidad su parte de la historia. Pregunta algo como: “¿Me podrías contar qué sucedió? Quizás te podría ayudar”.
Ariadne Brill (especialista en crianza positiva)
Sugerir, sí. Obligar, no.
—Evita forzar a tu hijo a disculparse, pues es poco probable que en verdad sienta y entienda qué está diciendo. Simplemente se ve obligado a admitir un sentimiento que no percibe, con el que no está de acuerdo o que no comprende.
—Sugiere, no obligues a, que se disculpe; por ejemplo, pregúntale: “¿Qué crees que puedes hacer para que papá se sienta mejor? ¿Y si le das un abrazo o le dices que lo sientes?” De esta manera, el niño tiene opciones y puede elegir entre una u otra, no está siendo forzado.
Nina V. García (escritora de temas de paternidad)
Sígueme en facebook.com/vjimenez67