Lo que provoca la mayor pérdida o la mayor ganancia de energía en las personas son las relaciones con otros. Algunas son buenas y estimulantes, pues provocan un estado de ánimo positivo. Pero otras te chupan toda la energía, el optimismo y la calma. Quienes utilizan el drama para obtener lo que desean —atención, favores y trato especial— pertenecen al grupo de personas que te despojan de tu energía vital. Sí, como vampiros energéticos.
Cómo son los reyes del drama
—Pueden ser hombres o mujeres. Hay una tendencia a considerar sólo a las mujeres como dramáticas, pero la verdad es que también los hombres montan escenas bastante teatrales.
—Actúan como si fueran niños de seis años haciendo un gran berrinche.
—Tienden a exagerar incidentes sin importancia y convertirlos en un verdadero drama. Cualquier cosa que les suceda o que tú hagas se convierte en el fin del mundo.
—La vida para ellos siempre es extrema: Excelente o terrible.
—Se la pasan de crisis en crisis, como si se alimentaran del caos.
—Son muy histriónicos. Sus acciones y excesos tienen el objetivo de hacerte tambalear, dudar y sacudirte.
—Crean tensión a su alrededor y abruman a quienes conviven con ellos.
—Acaban con tu energía.
—Les encanta la atención y la emoción que se deriva de ésta. Se alimentan de las reacciones en otros cuando actúan fuera de sí. Lo que en realidad están diciendo con su comportamiento es: “veme, aquí estoy, ámame”, pero lo hacen de una manera que resulta manipulativa.
—Son egocéntricos, todo se trata de ellos, ellos, ellos. Con facilidad se olvidan de que otras personas también tienen problemas y una vida propia.
—Tratan de convencerte de que sus problemas en realidad son tuyos y que tú debes resolverlos. Nada más alejado de la verdad. Esta es tan sólo una forma más de evadir la responsabilidad de sus reacciones emocionales.
Cómo defenderte de ellos
—Observa si esta forma de actuar es repetitiva. Pon atención a las reacciones de tu cuerpo: ¿te sientes cansado o con dolor de cabeza después de estar con esa persona?
—Cuando veas que se acerca uno de sus grandes dramas, aléjate. Reduce el tiempo que pasas con esa persona que te roba la energía con sus explosiones emocionales.
—Admite que no vas a poder hacerle cambiar. El deseo de cambiar debe venir del rey o la reina del drama.
No es tu tarea, es la de él o ella. Evita caer en una relación de dependencia mutua.
—Cuestiona si en verdad esta relación de amistad o romance es recíproca. Cuando estás afectada emocionalmente, ¿está allí para ti? ¿verdaderamente escucha o comienza a hablar de ella misma?
Si te toca vivir sus dramas:
—Haz unas cuantas respiraciones profundas para centrarte y entonces actuar de manera más ecuánime. La respiración honda te ayuda a soltar la tensión y plantarte bien. Recuerda, su objetivo es sacudirte, desequilibrarte. Respirar te ayuda a no perder la cabeza y a mantenerte centrado.
—Recuérdate: “Ya sé lo que está sucediendo y puedo lidiar con esto”.
—Visualiza una especie de escudo de luz a tu alrededor para protegerte de sus gritos y acusaciones.
—Cuando tengas la oportunidad, aclara con él/ella que su reacción es desproporcionada, desagradable a los demás y que debería hacer algo para manejar sus reacciones emocionales.