Con aquellito en la cara

Sexo 03/03/2016 05:00 Cecilia Rosillo Actualizada 10:58
 

El cunnilingus es el nombre general de esa práctica sexual en la que los genitales femeninos son estimulados con la boca, pero dentro de ésta hay posturas que tienen su propio nombre, una de las más atrevidas es la llamada facesitting, que en español significa “sentarse en la cara”.

Originalmente, esta posición cuando forma parte de las prácticas de bondage y sadomasoquismo que incluye la dominación y la sumisión, uno de los integrantes de la pareja (puede ser hombre o mujer, ya que es una práctica que se usa tanto por parejas heterosexuales como lésbicas) se sienta con lencería, oprime o frota su trasero sobre la cara del otro, de forma frontal o inversa con respecto a su cara, pero no permite el contacto o sexo anal.

Al ser practicado en relaciones de dominación y sumisión como parte de BDSM, sean estos roles permanentes o habitualmente asumidos por los individuos involucrados (dominante y sumiso), sean aceptados de forma alterna por las personas implicadas (switch), se utiliza para mostrar control y superioridad.

El apoyo y presión de todo el cuerpo, la inmovilización en la que el pubis, nalgas, caderas y muslos de quien se sitúa en un plano superior aprisionan la cabeza del que se encuentra debajo, la humedad, el olor y la oscuridad, así como la intensa humillación producida, son percibidas por los implicados como muy poderosas atracciones sexuales.

De esta manera, en el facesitting puede haber varias posturas en las que se practique, la más normal es cuando él se coloca boca arriba, en el suelo, la cama o el sofá con la cabeza en una almohada mientras ella se pone encima de su cara, con un pie a cada lado de su cabeza. 

Puede mirar hacia sus pies o hacia su cabeza, dependiendo de la zona que quiera que se le estimule. Así ella va bajando poco a poco sobre su cara, de forma que él tiene una estupenda vista de lo que se le acerca. Cuando ella ya deja su entrepierna al lado de su boca, es cuestión de hacer un cunnilingus, pero con una peculiaridad: es ella la que tiene el control sobre la forma de recibir ese sexo oral, aquí van  las ventajas:

1. Puede controlar      la intensidad bajando más sobre la cara de él y consiguiendo más rozamiento o separándose un poco y relajando el estímulo.

2. La velocidad es dirigida, además del ritmo, moviendo la cadera adelante y atrás para ayudar en el movimiento de esa lengua.

3. Domina la zona  estimulada, inclinándose hacia delante o hacia atrás para que la lengua caiga justo donde  le apetece.

Así que es un sexo oral perfecto si a ella le apetece tener el control y decidir exactamente qué quiere, en vez de quedarse esperando a que él decida todo.

Por ello   es un sexo oral estupendo para comunicarse, es decir, para que ella le vaya dejando claro a él cómo le gusta, como cuando la relación es reciente y aún  él no controla sus gustos.

Si últimamente a ella le cuesta disfrutar del sexo oral, si a ella le apetece probar algo nuevo durante el sexo oral.

Lo malo que tiene el facesitting es que las manos de él no tienen espacio para acariciarle los genitales, así que hay que limitarse a la lengua y quizás ayudarse con algún dedo en el clítoris. Aunque las manos pueden estar muy bien en los pechos, las nalgas o el ano.

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