El lenguaje corporal es un fenómeno que se ha estudiado desde muchos ángulos, y el sexo no escapa a ese análisis; por ello, los expertos han descubierto que las posturas sexuales que usamos hablan de nuestra personalidad y nuestros deseos.
Existen por lo menos cinco posturas sexuales que utilizan los hombres con carácter dominante o que durante el sexo gustan de tener el control y con las cuales entre el 50% y 60% de las mujeres gozan de cierta fantasía sexual de sumisión, sobre todo aquellas que tienen muchas responsabilidades en la vidia diaria. Estas son:
1. Contra la pared. Esta postura exige en el hombre más fuerza y más altura que su pareja, se trata de penetrar estando los dos de pie, pero el punto dominante es que ella debe estar contra la pared, este elemento la deja sin posibilidad de huir de los brazos del amante. Uno de los beneficios es que tiene una fuerte carga de romance e intensidad, además de permitir una penetración profunda; sin embargo, pese a que el hombre tenga la fuerza para cargar a la mujer es una postura cansada, que no se puede mantener por mucho tiempo.
2. El perrito. Este clásico es una de las posturas más usadas para iniciarse en el bondage (primer nivel del sadomasoquismo) es ideal porque ella está en una pose totalmente sumisa y el hombre lleva el control de toda la pentración, incluso permite algunas caricias más fuertes como las nalgadas. Tiene a su favor que es la reina de las penetraciones profundas y con ella se pueden conseguir sensaciones multiorgásmicas. Pero, por otro lado, estas misma cosas pueden ser contraproducentes, pues la profundidad de las embestidas podrían causar dolor; estar bien lubricados es fundamental por la intensidad del roce.
3. El barco de vela. En esta postura, él no sólo controla la penetración y su intensidad de embestida, sino que además controla los movimientos pélvicos a través de mover tus piernas. Es perfecta para poder masajear el clítoris, acariciar los senos y ver la gesticulación de ambos, lo cual puede llevar hasta a los orgasmos dobles; lo malo es que al no tener flexibilidad en las piernas pueden aparecer los calambres si éstas permanecen mucho tiempo arriba, sin doblarse, acabando de inmediato con el placer, es una postura para llegar al orgasmo y buena para iniciar el coito.
4. La estatua. Es una de las posturas más sensuales y románticas que, además, requiere de mucha fuerza y complicidad. Lo mejor es que la mujer sólo se deje llevar por las embestidas de la pareja y para ayudar a mitigar el peso, cruzar los pies tras la nuca y apoyar las manos en un mueble. Es muy buena para conseguir múltiples ángulos de estimulación con sólo mover ligeramente de lugar la pelvis, autoestimular el clítoris añade mucho erotismo al momento, pero por otro lado, se necesita de mucha fuerza y resistencia de ambos y de hacerlo sobre una superficie suave o las rodillas pueden salir seriamente lesionadas, igual puede haber factura de pene si se deja caer o resbalar a la mujer.
5. El tobogán. Sin ser acrobática, esta postura tiene mucha intensidad al grado de poder producir lesiones menores si no se ejecuta bien, se que requiere de práctica. Es importante que ella abra ligeramente las piernas y mantenga la pelvis alzada, para otorgar un fácil acceso a la penetración y presionar levemente el vientre contra el suelo para producir un buen ángulo de entrada. Como en ella no hay contacto visual, el sonido de los cuerpos son fundamentales, los gemidos y jadeos son puente de comunicación. El mayor problema es evitar que el pene se salga.