Curiosamente, pocas mujeres toman en cuenta la importancia y función de los labios menores, esta parte del cuerpo femenino tan importante, y en algunos casos sólo les prestan atención para ver si su tamaño o color son apropiados para verse estéticamente bien, pues en los últimos años, la banalización del sexo ha llegado a poner a los genitales humanos en el estante de la belleza estereotipada, pero son una zona erógena importante, muy sensible a las caricias.
Son tan importantes que en realidad son un órgano sexual completo, pero completamente desconocido y, por tanto, olvidado. Su función principal es proteger el clítoris, la entrada de la vagina y la uretra, la cual también desempeña un papel en nuestra sexualidad, pero a ésta también se le tiene, por lo regular muy abandonada.
Bajo el efecto de la excitación y la afluencia de sangre provocada por el deseo, se hinchan y cambian de color, lo cual hace que tomen la forma de un embudo, con lo que se vuelve una especie de guía hacia la entrada de la vagina.
Aunque los labios menores son muy diferentes de una mujer a otra, algo es igual en todas: están desprovistos de pelos, contienen muchos nervios y se hinchan durante las relaciones sexuales, pero en algunas mujeres se mantienen hinchados durante varios minutos o incluso durante varias horas después del sexo; sin embargo, en reposo o durante las relaciones sexuales, no tienen el mismo aspecto. Tampoco son simétricos.
En todas las mujeres, las ninfas son asimétricas, ya sea en longitud, anchura o grosor. Uno siempre es más grande que el otro a semejanza de los testículos en los hombres. Su color es diferente al de la piel del resto del cuerpo, y suelen ser más oscuros, matices que no son los mismos en el interior que en el exterior. Por ello que sean obscurosn no significa que tengan algo de malo.
Así como las mamas, las caderas y los glúteos, los labios menores se desarrollan durante la adolescencia y la pubertad, por la acción de las hormonas sexuales.
Por lo general, sobrepasarán (más o menos) los labios mayores. De hecho, en ocho de cada 10 mujeres los labios menores son más grandes que los mayores. A pesar de que este fenómeno afecta a la mayor parte de las mujeres, sigue siendo un tabú que da pie a que esas mujeres tengan complejos sexuales por ello.
Esto ha hecho que no pocas mujeres por motivos estéticos o por comodidad, decidan recurrir a una ninfoplastia, o labioplastia, que consiste en una cirugía estética para reducir y modificar el aspecto de los labios menores, pero al ser una zona muy sensible y con muchos nervios, esta operación sólo debe considerarse como último recurso y hacerse con un médico cirujano plástico genital experto y en un hospital serio.
Tip
En algunas partes del mundo, para asegurar la virginidad de las mujeres o evitarles el placer sexual además de extirpar el clítoris también se quitan o suturan los labios menores.
Dato G
Es poco conocido, pero los labios menores llevan el nombre de una diosa griega: Ninfas y hace referencia a las divinidades que personifican a diversos elementos de la naturaleza como las fuentes y los ríos.
El candado
Es necesario que ella se suba en un mueble alto como la lavadora, por ejemplo, y se sienta en el borde apoyando los brazos atrás. Él se coloca frente a ella, mientras la mujer le aprisiona la cadera entre sus piernas. Se miran profundamente a los ojos y él empieza los movimientos hacia adelante y hacia tras mientras ella dirige la dirección.
Milhoja
El hombre está acostado boca arriba, la mujer se coloca sobre él con las piernas ligeramente abiertas. Ella tapa su cuerpo con el suyo propio y deja que la penetre. Entonces empieza a deslizarse sobre él con movimientos suaves de todo el cuerpo, adelante, atrás, lateralmente. Esta postura piel con piel se adapta muy bien a las mujeres, a las que les gusta tener las riendas.
