El sexo no da toda la felicidad

10/12/2015 05:00 Cecilia Rosillo Actualizada 12:28
 
Muchas personas creen que mientras más sexo tienen, más felices pueden ser y es por eso que el sexo está mal dimensionado en la ruta de la felicidad y la satisfacción, sobre todo en las parejas estables.
Pero al parecer, aquellos que tienen relaciones más de una vez a la semana no son más felices que los que tienen sexo sólo una vez cada siete días.
 
Según las últimas investigaciones, lo que es realmente importante es mantener una relación íntima con la pareja, pero no es necesario tener sexo todos los días para ser feliz. Quizá las preferencias de las nuevas generaciones estén cambiando, ya que muchos estudios e infinidad de artículos y libros asociaban al sexo con la felicidad, es decir, a más sexo mayor felicidad, pero en las últimas cuatro décadas se ha empezado a desterrar esta creencia. 
 
En específico, en las personas que tienen una relación asentada y no tanto las solteras, se ha visto que el vínculo entre el sexo y la felicidad parece que ahora depende de factores que salen de la cama, como el contexto en el que se produce la relación y de lo cómoda que la persona esté con la pareja con la que se mantiene la relación sexual, porque esto ahora es lo que cuenta para quedarse.
 
Otro factor que empieza a tomar mucha más importancia son los ingresos económicos de cada uno, lo que cada quien aporta en la pareja.
 
Hasta el momento, no hay estudios concluyentes que demuestren la diferencia en el nivel de felicidad que hay entre las personas que tienen relaciones sexuales menos de una vez al mes, en comparación con las personas que tienen sexo una vez a la semana y los ingresos de ambos, pero los especialistas han notado en las terapias de parejas que este tema cobra cada día más fuerza.
 
Por ejemplo, han notado que el sexo es mayor entre las personas que cuentan con ingresos altos y estables, que entre aquellas que tienen ingresos medios y salen apenas con los gastos o con las que tienen salarios mínimos. Al parecer, la falta de dinero hace a las personas más estresadas y nerviosas, por lo que están menos dispuestas al sexo.
 
También se ha notado que las aportaciones económicas de ambas partes suelen incidir en el sexo, si alguno de los dos está permanentemente inconforme con los ingresos del otro (ya sean mayores o menores a los propios o porque no hay tales y la pareja se percibe como una carga) el sexo es mucho más espaciado, más rápido, rutinario y menos satisfactorio.
 
En realidad, no es muy claro saber si hay un fuerte vínculo entre la frecuencia sexual y la satisfacción general de las personas, ya que otros factores externos intervienen como es el estar a gusto en el trabajo, tener buenas relaciones con los amigos y familia; pero la gente que acude a terapias de pareja ha declarado que en su vida hay más felicidad si tenían al menos sexo una vez a la semana, ya que también es un fenómeno estresante mantener relaciones sexuales con tanta frecuencia como sea posible.
 
Y es que también los mitos sobre la frecuencia sexual, la idea de que el hombre siempre debe estar dispuesto y las mujeres que son buenas amantes jamás rechazan ir a la cama con su par, hace que las parejas, al querer cumplir con el estándar marcado se agobien y frustren si ellos o la pareja no lo consigue, lo que altera el estado de felicidad frente al sexo.
 
Tip*
Las parejas no deben estandarizar su frecuencia sexual por parámetros ajenos a su estilo de vida, deben adaptarla a lo que les funciona para estar satisfechos y felices.
 
Dato
El sexo nos hace felices porque se liberan las hormonas de la felicidad: las endorfinas. Estas funcionan como un analgésico, aliviando el dolor, según demostró recientemente un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford liderado por Robin Dunbar. 
 
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