La tecnología no sólo invade formas de comunicación, también lo hace con la sexualidad y más allá de los juguetes sexuales, la propuesta de hacer robots que satisfagan sexualmente a hombres y mujeres ya está.
Hoy, la robótica avanza y como respuesta a los resultados que se han obtenido en las más recientes investigaciones sobre sexualidad, apuntan a que en 2050 los robots sexuales sustituirán a las prostitutas.
En abril pasado, investigadores de la Universidad de Wellington, Nueva Zelanda, afirman que para 2050 los robots sexuales se convertirán en los principales protagonistas del sexo.
La idea surge a partir de las muñecas sexuales, que alrededor del mundo son un producto sexual altamente consumido, aunque el producto sexual más comprado es la prostitución.
El unir estas ideas dio pie a que Amsterdan alzara la mano para poner en la mesa el proyecto de sustituir a las chicas de las vitrinas por robots en su zona de escaparates y burdeles sexuales, y el propósito es ser la primera ciudad del mundo con burdeles 100% libre de trata de personas y prostitución.
Esta revolución tecnológica será posible, gracias a los ingenieros que ya han creado una nueva generación de androides, hechos de un material resistente a las bacterias, con lo que se conseguirá que el sexo sea más seguro al haber una reducción de las enfermedades de transmisión sexual y que desaparezca la prostitución infantil.
Además, aseguran que este tipo de prostitución resolverá muchos problemas, ya que privará a los hombres del sentimiento de culpabilidad ante su pareja, debido a que después de realizar un acto sexual con un robot probablemente no lo considerarán como infidelidad.
Utilizar los servicios de un robot en Amsterdam será posible en clubes especiales que funcionarán bajo el sistema ‘todo incluido’, pero no estará al alcance de todos los bolsillos, ya que costará cerca de siete mil 500 de euros.
Técnicamente, un robot sexual es cualquier cosa robótica con la que se puede tener sexo y éstos ya existen en forma de juguetes sexuales que se conectan a apps que simulan sensaciones como los vibradores programables o a control remoto.
En realidad, lo que se espera son robots con forma humanoide, construidos con la capacidad de tener actividad sexual, con algún tipo de inteligencia artificial que les permite "pensar", en lugar de simplemente reaccionar a sus sensores.
Por ello, los robots sexuales requieren de la nanotecnología para replicar texturas de piel, pasando por la inteligencia artificial con capacidad para entender el lenguaje natural; también se espera que logren seguir la mirada de su usuario, responder a sus expresiones faciales y predecir e incluso iniciar acciones que el usuario pueda disfrutar. Preguntaría y respondería preguntas durante el sexo, entre otros.