Casarse o no casarse, ese es el dilema. Pero, ¿de qué depende que lo hagamos? ¿Qué factores influyen en la vida de las personas que hacen que algunos lleguen al matrimonio y otros de plano jamás encuentren a su media naranja?
Hay dos cosas que pasan durante las relaciones de pareja, una de ellas es que se desarrolla el sentido de compromiso y la otra es que estas mejoran o empeoran su vida emocional y mental.
Y ambas cosas dependen del contexto social donde nacen las personas, ya que la aceptación de la sociedad frente al tipo de relaciones que se tienen, hace que las personas se sientan aceptadas o rechazadas, lo que influye en su salud mental y emocional, así como en su postura frente a los compromisos permanentes o constantes.
No en vano hay etapas de la historia donde ha predominado el matrimonio y otras como la actual, donde la soltería gana aceptación y es menos satanizada.
Hoy en día ser soltero está asociado con una mejor salud mental que estar en una relación difícil, y es que como resultado de la violencia doméstica se ha visto que es mejor estar solo que mal acompañado.
Pero la ciencia sigue estudiando las experiencias amorosas y ha descubierto que en la sociedad que hoy vivimos casi da igual casarse que no hacerlo.
En los 90, las personas tenían una mejora emocional más grande cuando se casaban que cuando vivían con alguien. Lo que ha sucedido es que antes de esa época los solteros eran más bien solterones, las personas que no se había casado eran vistos como gente de menos valía.
Hoy, ser soltero es una forma de disfrutar la vida y una elección personal que, además, se cotiza alto, ya que los solteros no se asumen como “quedados” ni los demás los ven así, sino como personas que no quieren vivir en pareja, lo que no significa que no la tengan.
Hasta hoy, la evidencia científica no ha confirmado si la buena salud mental de un individuo conduce a una buena relación de pareja, pero lo que sí se sabe es que una buena relación de pareja ayuda a la salud mental.
Se cree que esto se debe a que los individuos bien adaptados tienen más probabilidades de establecer relaciones de largo plazo, lo cual desarrolla la capacidad de compromiso. Para que un ser humano se comprometa con algo deben existir tres factores: seguridad, entusiasmo e interés. Si esto lo encuentra en una persona es más factible aceptar un compromiso.
La seguridad se refiere al hecho de que una persona que percibe las relaciones de pareja como una opción que genera estabilidad y protección emocional es más fácil que se comprometa, que aquellas que perciben éstas como inseguras, emocionalmente peligrosas y con riesgos de fracaso.
Igual ocurre con el entusiasmo y el interés, que deben ser ideas sólidas sobre la vida en pareja y no sólo de una persona; así, casarse es considerada como opción de vida, de otra manera la soltería es la solución.
Tip*
Una buena relación de pareja traerá una buena salud física y mental.
