Afortunadamente, la disfunción ya es un problema con solución, incluso cuando tratamientos como la terapia farmacológica, las ondas de choque a baja intensidad, inyecciones o los casos que necesitan piscoterapia, han fallado como primeras opciones, pues el implante de pene ayuda eficientemente en el tratamiento la disfunción eréctil severa, esta opción es considerada como última opción dentro del protocolo médico para erradicarla.
La llamada prótesis de pene es un dispositivo mecánico que se compone por unos cilindros que son biológicamente compatibles con el cuerpo y en especial con el pene; estos cilindros se colocan por medio de una cirugía para reemplazar los cuerpos cavernosos del pene que son por lo que se lleva a cabo la erección de manera natural al concentrarse en ellos la sangre. La prótesis permite tener el pene con flacidez o en erección a voluntad del paciente pues los cilindros se conectan a una bomba en los testículos y que al palparla se activa y desactiva la erección.
Al ser un dispositivo mecánico que se activa con la mano, la erección del pene ya no está relacionada con la excitación, es decir la excitación no la activa sino es manipulación manual.
Lo ideal es seguir la mecánica natural del proceso de excitación en donde una vez alcanzada ésta, se inicia con la manipulación de la prótesis, con el fin de seguir el patrón que el cerebro tiene establecido para lograr una relación erótica satisfactoria y conseguir el orgasmo y no intentos fallidos.
La sensibilidad no resulta afectada, la eyaculación es la misma y tampoco se afecta la forma de orinar, que es una de las preocupaciones del paciente al conocer el implante.