Lo que pasa con los Delfines de Miami y las denuncias de bullying de Richie Incognito contra Jonathan Martin no deben sorprender a nadie, pues si bien es cierto que eso les pasó por manchados, la verdad es que las novatadas son algo común y hasta tradicional en los equipos de futbol americano y otros deportes, alentadas incluso por algunos coaches o entrenadores.
Prueba de ello es que el mismo comentarista y ex pateador de los Potros (de Baltimore y luego de Indianápolis), Gigantes y Jets de Nueva York, Raúl Allegre, nacido el 15 de junio de 1959 en Torreón, Coahuila, aceptó en televisión internacional que él fue alguna vez objeto de ese tipo de iniciaciones, en las que tenía que pagar las cuentas de los veteranos en bares y restaurantes, aunque nada como lo que ocurrió ahorita con el equipo comandado por el coach Joe Philbin.
EN MÉXICO TAMBIÉN HAY
Como sea, las novatadas en los equipos de futbol americano incluso de aquí de México están supuestamente diseñadas para dar la bienvenida a los nuevos integrantes del equipo, pero también para poner a prueba el carácter y templanza de cada uno de ellos para ver si son dignos o no de pertenecer a ese grupo determinado.
De tal modo, lo que pasó con los cetáceos en la National Football League (NFL) fue por exagerar en el castigo a los recién ingresados, que para su mala fortuna serán novatos al menos durante toda una temporada.
Eso no lo aguantó Jonathan Martin ante el acoso abusivo de Incognito, quien justificó su actuar hacia con el irónicamente inmenso tacle de 24 años y 141 kilos de peso con un simple: “Así nos llevamos”.
No. Realmente las novatadas han sido objeto de análisis, críticas y castigos internos y a nivel legal desde hace ya mucho tiempo, con finales incluso dramáticos. Y, vaya, no es que estén bien, pero son una práctica aceptada por uso y costumbre, como las despedidas de soltero o soltera, que en algunos casos también llegan a tomar tintes hasta fatídicos.
DE RISA Y NO TANTO
En nuestro país son tan agresivas como lo bien o mal que le caigas a los veteranos y van desde situaciones inocentes y chuscas como apodos, disfrazarse y pedir dinero en los cruceros para nueva utilería, algo muy común en la Prepa 5, cuyos jugadores salen con pelucas, escotes, tacones altos, maquillaje y hasta fina lencería a avenidas como Miramontes, Acoxpa, Calzada del Hueso y Las Bombas.
Otra es hacerla de cenicero viviente en las fiestas del equipo, castigo en el que el iniciado debe poner las manos para que el resto tire su ceniza dentro de ellas e incluso quizá hasta los apague. También la pueden hacer de cargadores de maletas o que los dejen amarrados a los postes de gol, listos para ser objetos a cualquier otro castigo; que los bañen con agua fría y hasta los obliguen a correr desnudos por alguna avenida, situación muy cómica para ellos, pero casi nunca para los transeúntes y la misma policía.
En Pumas es común que les pinten el cabello y el cuerpo de amarillo, los rapen y los obliguen a lanzarse desde todos y cada uno de los trampolines de la alberca olímpica, situación hilarante hasta que alguien sale lastimado al no saber caer y llevarse fuerte golpe desde la plataforma de 10 metros.
También, es común que los bajen del camión cuando salen de visita y los obliguen a correr detrás del transporte durante un largo trecho, que los sienten en el pasillo cuando ya no hay asientos, que les hagan “calzón chino” (jalárselos en extremo hacia la cabeza por la parte de atrás), se los corten y los cuelguen en las ventanillas, para además los pongan a mostrar las nalgas a los demás vehículos que van en tránsito.
SE PASAN
Pero hay otros que sí son medio pasados de fuerza, como las ramaleadas o piruleadas (los jugadores hacen dos filas entre las cuales pasan los novatos en puro short y son golpeados con ramas casi siempre de pirul o de lo que haya), fila india (lo mismo, pero a golpes), pamba de todo el equipo, aventarlos a charcos, bañarlos con sustancias desconocidas, emborracharlos por medios de embudos en la boca, rociarlos de harina y huevos podridos, etcétera.
Lo cierto es que, como sea y no de ahorita, sino desde hace ya muchísimo tiempo, las iniciaciones (y tampoco sólo en los deportes), son una práctica clandestina muy común que han acabado incluso en muerte.
En Orlando, Florida, por mencionar algunos casos, 13 estudiantes fueron acusados de matar al afroamericano Robert Champion, percusionista de la banda musical de su colegio, tras propinarle una tremenda golpiza en un autobús. A sus 26 años, la víctima sucumbió a los golpes recibidos el 19 de noviembre de 2011, como parte de una novatada.
Algo similar ocurrió el 2 de diciembre de 2009, cuando Carson Starkey, de primer año en la preparatoria Austin, falleció por intoxicación alcohólica y lesiones corporales causadas por cuatro miembros de la fraternidad de California, incluido increíblemente Haithem Ibrahim, su hermano mayor de la fraternidad Sigma Alfa Epsilon.
Por ello, las iniciaciones o novatadas son duramente castigadas y hasta perseguidas en ciertos círculos sociales, aunque en la práctica deportiva es cosa sino de todos los días, sí de todas las temporadas.