El mundo de las dietas ha sido afectado por las modas e ideas que para quien busca mantener una alimentación sana puede ser un verdadero dolor de cabeza, ya que cada semana hay nuevas cosas y reglas.
Pero dando crédito a la ciencia, es cierto que se ha descubierto que algunos alimentos cubren perfectamente las necesidades del organismo humano, prescindiendo de grandes cantidades o de demasiados procesamientos.
"Se trata de alimentos naturales que contienen una gran densidad de nutrientes, fitoquímicos y antioxidantes”, a éstos se les denomina alimentos inteligentes o súper alimentos, dice la nutrióloga Beatriz Larrea.
Buenos platos ¿qué son? Los alimentos inteligentes o súper alimentos son aquellos que concentran nutrientes que te dan la energía para enfrentar extensas jornadas laborales y contar con la fuerza necesaria para realizar ejercicios y rutinas exigentes.
La especialista cuenta que gracias a la asimilación rápida de los súper alimentos, se acelera el metabolismo y se activan los mecanismos necesarios para que el cuerpo genere defensas y energía.
En su consideración la cebada, el ingrediente natural y principal de la cerveza, es considerada un súper alimento. Hecha primordialmente con cebada, la cerveza contiene más de 30 minerales, y compuestos fenólicos que le otorgan efectos antioxidantes.
¿Cómo ayuda al organismo? Según cita Walter New-
man C, en el libro Health Benefits of Barley Foods, la cebada ayuda a nivelar los niveles de azúcar en la sangre y a desintoxicar el organismo, debido a que actúa como alimento para las bacterias buenas del intestino grueso, de manera que facilita el tránsito intestinal, ayudando a la digestión.
Entre los minerales que contiene este superalimento, se encuentran el magnesio, el calcio, el fósforo y el hierro, que ayudan la oxigenación de las células, disminuyen la fatiga y la depresión.
Cebada y su historia. Desciende de la cebada silvestre, que crece en el Oriente Medio, desde el antiguo Egipto se cultivaba y fue importante para su desarrollo, en el libro del Génesis narra como el faraón en uno de sus sueños menciona espigas que pudieron haber sido de cebada.
También fue conocida por los griegos y romanos, quienes la utilizaban para elaborar un pan y era la base de alimentación para los gladiadores romanos. En Suiza se han encontrado restos calcinados elaborados con granos toscamente molidos de cebada y trigo que datan de la Edad de Piedra.
En Inglaterra hasta el siglo XVI, los pobres solo tenían permitido consumir pan de cebada mientras que el de trigo estaba disponible solo para la clase alta.