Una cirugía robótica no es cosa del futuro, sino una realidad médica que en forma similar a la cirugía laparoscópica se realiza mediante incisiones mínimas, movimientos pequeños y precisos que brindan ventajas al médico y al paciente.
El doctor Radamés Rivas, especialista mexicano del Hospital Ángeles del Pedregal, es pionero en el uso de esta tecnología con robot, explica que “la ginecología es un campo espléndido para el uso de esta tecnología:
“La cirugía robótica nos permite ver mejor, llegar a áreas donde la mano no puede llegar o a veces es muy difícil acceder”.
Ciencia y no ficción
El experto detalla que el robot disminuye el temblor de las manos del cirujano, lo que hace la cirugía más precisa.
Igualmente, los instrumentos robóticos pueden llegar con mayor facilidad a aquellas áreas del cuerpo de difícil acceso a través de incisiones quirúrgicas más pequeñas en comparación con la cirugía tradicional abierta e incluso la cirugía laparoscópica.
“Son principalmente cuatro las cirugías ginecológicas que se hacen en México con el uso del robot, para la histerectomía o retiro del útero, para la miomectomia extirpación de miomas o tumores benignos, para la endometriosis que es la aparición y crecimiento de tejido endometrial fuera del útero y para la reanastomosis que sirve para recanalizar las trompas de Falopio que previamente han sido anudadas” comentó el especialista en cirugía robótica.
Experiencia de fondo
En 2005, en Estados Unidos la Food and Drug Administration (Oficina de Alimentos y Medicamentos) aprobó el uso del robot “Da Vinci” para su uso en cirugía ginecológica como una modificación del tratamiento laparoscópico.
El robot se vale del uso de los brazos robóticos para controlar los instrumentos laparoscópicos, por el uso de la tecnología tiene mayor libertad, con lo que el cirujano mejora significativamente su destreza.
El uso de la robótica en la cirugía ginecológica es cada vez mayor. La laparoscopia asistida por robot permite al cirujano llevar a cabo un procedimiento menos invasivo que con la cirugía abierta. Una vez que se coloca en el abdomen, un brazo robótico puede resultar más fácil de usar para el cirujano que los instrumentos que se usan durante la cirugía laparoscópica, además, puede también ver con mayor claridad el área a intervenir.
Asimismo, se encuentra en una posición mucho más cómoda (ergonómica) y puede moverse de una manera más natural que durante una endoscopia.
La cirugía con robot prácticamente reduce a la mitad, el tiempo en el quirófano, de dos horas a sólo una, además menor tiempo de hospitalización y recuperación para la paciente, que padece menos dolor, menor peligro de infecciones, pérdida de sangre y poco riesgo de complicaciones durante la intervención.